Papa Bunny

Se busca hombre blanco de unos 70 años residente en Alicante. Vestía cazadora de color claro, gafas de sol marrones y gorra azul. Fue visto a las puertas del centro comercial Gran Vía de la capital alicantina, rebatiendo el discurso xenófobo y ultraderechista de un presunto pseudoreportero/ pseudotiktoker/ pseudopersona que grababa en plena calle.
Presunto reportero ultra (PRU): Cada vez tenemos más inmigración ilegal, no respetan nuestras fronteras.
Señor de gorra azul (SGA): (cortándole) Uy, uy, uy, uy... señor, usted está confundiendo muchas cosas. Aquí no vienen inmigrantes, aquí vienen personas necesitadas.
PRU: ¡Saltando la valla!
SGA: Si saltan la valla y se buscan la vida, ¿qué?
PRU: Y luego les dan más ayudas que a los autónomos.
SGA: Pero qué dice usted, vaya entrevista que me está haciendo; usted está induciendo las respuestas. ¿Para quién trabaja usted, señor? Trabaje usted para la humanidad. No hay inmigrantes, somos todos personas. Todos somos personas de distinto color y hasta que no haya un delincuente, no se le puede decir que es un delincuente.
PRU: Entonces, ¿qué piensa usted de Santiago Abascal?
SGA: Yo lo que piense me lo reservo, porque esas preguntas son puramente especulativas para que me pille. Somos personas antes que ciudadanos; ciudadanos del mundo, libres de color, de religión y de todo. Hasta que uno no cometa un delito, es una persona, sea de donde sea, venga de donde venga y tenga el color que tenga.
El vídeo acumula millones de visitas en redes, ese lugar que parece reservado a los discursos xenófobos y ultraderechistas. Si fuese así, ya les digo yo que el vídeo, de apenas minuto y medio, no hubiese corrido como la pólvora. Es bueno que no tiremos la toalla ante la avalancha de mensajes que los ultras se encargan de difundir cada vez que su discurso racista, que ahora creen hegemónico, sufre algún rasguño.
Como el cantante puertorriqueño, León XIV o un señor de Alicante, no callemos ante discursos racistasSe les tiene que haber atragantado la semana a los supremacistas que ven en la mezcla una debilidad para su identidad, los amantes de eslóganes como “primero los de casa”, “vienen de fuera a quitarnos el trabajo” o “las becas comedor solo son para los moros”. Estoy convencido de que habría gente con ese pensamiento haciendo cola virtual para conseguir entradas de los conciertos de Bad Bunny en España.
Lee también Lamine Jordi Évole
El puertorriqueño va camino de llenar 10 Metropolitanos y 2 Montjuïc para el 2026. En la campaña electoral americana, un cómico que participaba en un acto de Trump calificó Puerto Rico de “isla flotante de basura”. No tardó Bad Bunny en calificar de basura al cómico trumpista.
De las primeras cosas que hemos sabido del Papa estadounidense, aparte del asombroso parecido con el escritor Juan Cruz, es que plantó cara al vicepresidente JD Vance por su política de deportaciones. Robert Francis Prevost, León XIV, es la mejor noticia que nos ha llegado de EE.UU. en los últimos tiempos. La sombra de Francisco empieza a ser alargada. Por más que Trump le felicite por ser compatriota, sabe que será inflexible en temas de inmigración, gran caballo de batalla de la ultraderecha mundial y su principal caladero de votos. El discurso xenófobo está de moda, los que lo predican han perdido la vergüenza, llámense Trump, Le Pen, Abascal u Orriols.
Que personas como el Papa o Bad Bunny no se callen es imprescindible. Pero que un señor de 70 años a las puertas de un centro comercial en Alicante deje sin palabras a un chaval que busca notoriedad en redes con un discurso racista es fundamental. No nos callemos. Somos más. Por eso los otros hacen tanto ruido.
lavanguardia