Ellos vend�an droga; hoy est�n en el penal

Imelda Robles
Monterrey, México (12 agosto 2025) .-05:00 hrs
"En este negocio de la droga sólo hay dos cosas: o es la cárcel o es la muerte", dice Eleazar, de 28 años, interno en el Cereso No. 2 de Apodaca.
EL NORTE publicó ayer que el consumo de cristal se ha disparado en Nuevo León y es la droga que ha provocado el mayor número de internamientos en centros de rehabilitación del Estado.
Se trata de una sustancia química creada en laboratorios clandestinos que venden a muy bajo costo económico y que provoca un potente efecto estimulante y un grave daño físico, mental y social.
El fácil acceso que se tiene a esta droga ha sido una de las principales causas de su alto consumo.
Los testimonios alertan que si comienzas a consumir, hay un gran riesgo de que luego empieces a revender la droga en tu círculo cercano.
Hombres que vendieron cristal coinciden en que está al alcance de cualquiera. Entregan en calles, parques, casas, departamentos, hoteles...
"La misma gente te pide tu número de teléfono y ya te lo mandan por mensaje: 'oye, sabes qué, quiero tantas piezas o tantos gramos'", explica Eleazar, quien al principio se sorprendió cuando profesionistas, como enfermeros o médicos, le compraban.
"Personas que yo pensaba que no llegaban a consumir por su estatus de vida, que eran un poquito más de una familia con ingresos".
Especialistas han advertido que el cristal es la principal droga que están usando para mezclarla con fentanilo (otra droga creada en laboratorios) para provocar una mayor adicción.

El Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (SISVEA) de Nuevo León 2024 dice que el 38 por ciento de los 5 mil 387 pacientes atendidos el año pasado en centros de rehabilitación, refirió comprar la droga en la vía pública, parques o en picaderos (sitios de reunión donde consiguen y consumen drogas).
El 20 por ciento señaló comprar drogas en antros, bares y fiestas. Y el 14 por ciento dijo conseguirlas en casa de un amigo o familiar.
"La disponibilidad en los escenarios de la vida cotidiana se ha identificado como uno de los factores de riesgo más importantes para iniciar y mantener el consumo", señala el reporte del SISVEA 2024.
Y esto se confirma con lo que cuentan quienes vendieron drogas, que aseguran que hay colonias con hasta 10 o 15 puntos de ventas de droga, que son un secreto a voces para los vecinos.
Eleazar indica que en un día normal vendía entre 10 mil y 12 mil pesos.

Arnulfo, de 33 años, quien fue detenido cuando transportaba droga en un auto, cuenta que tiene compañeros en el Cereso que por estar bajo el efecto de las drogas, mataron a miembros de su familia.
"Les diría que mejor se pusieran a trabajar, a valorar a su familia, porque muchas veces por andar en la droga y andar en los malos pasos llegas a cometer muchas cosas de las que no estás consciente", indica. "No lo consuman porque la realidad es la perdición.
"No me quedó absolutamente nada. No sirvió de nada todo el riesgo que hice, porque lamentablemente ya no me quedó nada".

Oziel, de 26 años, comenzó a vender droga a los 16 años. Unos amigos lo convencieron.
"Dejé de robar y empecé a vender droga", relata. "Si tienes los clientes y vas llegando a una colonia que no conoces, tienes que ver, llegar a las plazas donde están los chavos y ver qué consumen, que no consumen".
En las zonas donde se estacionan los tráileres ganaba bien, señala, porque algunos conductores de estas unidades eran sus mejores clientes.
El cristal se convirtió en la principal droga que más le demandaban por su bajo costo.
"Los kilos me los daban en 10 mil, yo le sacaba lo triple o más", indica, "por un kilo de cristal que vendía a la semana, ganaba hasta 40 mil.
"Para los chavos de ahora has de cuenta que la moda es el cristal".
Pedro, de 26 años, creció en la Colonia Independencia, empezó a consumir mariguana a los 12 años y la vendía en la secundaria.
"Me iba muy bien", recuerda, "de hecho ya en la mochila ya no traía libros. Traía pura marihuana".
Acercarse al cristianismo en el Cereso, dice, lo ha transformado.

"Duraban poco tiempo. Amanecían muertos al otro día", responde. "Yo les diría que valoren la vida, que no hay como trabajar derecho".
León, de 33 años, empezó a drogarse a los 13 y al poco tiempo ya cobraba extorsiones y "cuadraba" homicidios. A quienes tengan curiosidad de probar la droga, les advierte que no lo hagan.
"Que no se les haga fácil el 'a ver a qué sabe', probarla, experimentar. Nada de eso es bueno, porque al último mira dónde estamos".
Para él, su destino ya está escrito...
"No hay de otra: muerto o en la cárcel, y es de por vida porque no vienes por 10, 15 años, vienes por 30, 40 años".

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