Del erotismo floral al salón de casa: Mapplethorpe se convierte en sofá

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Del erotismo floral al salón de casa: Mapplethorpe se convierte en sofá

Del erotismo floral al salón de casa: Mapplethorpe se convierte en sofá

Las flores fueron uno de los temas favoritos que el fotógrafo norteamericano Robert Mapplethorpe (1946-1989) abordó a lo largo de su reconocida carrera, no exenta de polémica. Durante más de quince años exploró la flor desde diversos procesos fotográficos, mostrándola como no se había hecho antes. Ahora dos fotografías de Mapplethorpe de la década de los ochenta, Orquídea e Iris, inspiran la recopilación de una serie de diseños de muebles y objetos ideados por casi una veintena de creadores de procedencia muy diversa. Se han reunido bajo el título Ecos florales: odas a Mapplethorpe, junto a las dos fotos de referencia del artista, fruto de la colaboración entre la galería Philia de Ginebra y galería Anthracite de Zúrich.

Para Mapplethorpe las flores, más allá de su belleza, sobre todo eran capaces de contar historias. Y las hizo “hablar” aparir de los contornos, texturas, perspectivas y composiciones, poniendo en danza luces y sobras, contrastes y afinados perfiles. Siempre en elegantes y depurados planos. El artista, que conocía a fondo el tratamiento de las flores en la historia de la pintura, quiso insuflarles matices bien distintos, de la alegría a la decadencia, de la intimidad y la sensualidad al erotismo. Casi como un continuo lógico de la flor en su rol sexual de la planta.

'Irises', 1987. Foto de Robert Mapplethorpe. Fotograbado, edición 15/30. 86 x 81 cm. Banco Copadaise de Michael Gittings. Acero inoxidable, cobre y esmalte. 190 cm.

'Irises', 1987. Foto de Robert Mapplethorpe. Fotograbado, edición 15/30. 86 x 81 cm. Banco Copadaise de Michael Gittings. Acero inoxidable, cobre y esmalte. 190 cm

Studio Brinth

Bajo esa vocación escultórica y vivencial de las flores, se reúne la presente colección de muebles, lámparas y objetos, cuyos autores indagan en la interacción entre formas orgánicas y la materialidad del diseño. Michael Gittings, en el banco Copadaise, recrea la sinuosidad de una planta en flor conviviendo con el acero postindutrial, que aúna delicadeza y acabado en crudo.

Las consolas de Elsa Foulon aluden a la suavidad de los pétalos, en modo agigantado, y con sus capas cerámicas semejan mesas camillas del siglo XXI. Lucile Gracile trabaja el marco de espejo también con cerámica, contemplado la flor como un elemento natural inmortal, expresión de resiliencia absoluta. Y lo hace desde el simbolismo onírico con referencias a antiguos mitos.

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Los ecos florales de Mapplephorpe se tornan más abstractos en otras piezas como el contenedor de bronce de Pierre de Valck. Aunque no es difícil imaginar una mariposa atraída por sus reflejos posándose en el lapislázuli. Los jarros no podían faltar en una muestra sobre el universo floral. Tanto los de Lucas Tyra Morten, tallados en ónix, como el Kar, modelado con fibra de vidrio, ostentan sugerentes cualidades translúcidas.

Espejo Self-sufficiency-portrait of a spontaneous healing, de Lucile Gracile. Cerámica vidriada. Jarros Oval y Ruta de Lucas Tyra Morten, de ónix

Espejo Self-sufficiency-portrait of a spontaneous healing, de Lucile Gracile. Cerámica vidriada. Jarros Oval y Ruta de Lucas Tyra Morten, de ónix

Studio Brinth
Stag Chair derecha e izquierda. De Rick Owens. Contrachapado negro y asta de alce

Stag Chair derecha e izquierda. De Rick Owens. Contrachapado negro y asta de alce

Studio Brinth

Las dos fotografías presentes en la galería -de las más de 250 que realizó sobre flores- rememoran la mirada única de Mapplethorpe, en una muestra que persigue difuminar las fronteras entre el arte, el diseño y la práctica espacial. Las piezas estarán expuestas hasta finales de agosto en la galería Anthracite, inaugurada hace un año en la ciudad de Zúrich. Ubicada en un espacio en transición en el corazón de la ciudad, con hormigón visto, vigas de madera y fragmentos de papel pintado antiguo, Anthracite propone una plataforma sin pulir para encuentros reflexivos e inesperados entre artistas, diseñadores y público.

lavanguardia

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