Cinco cualidades que definen a una persona inteligente, según la IA

En tiempos donde la Inteligencia Artificial (IA) avanza con velocidad imparable, su capacidad de análisis también se expande hacia terrenos cada vez más complejos. Una de las áreas que más interés genera es la detección de la inteligencia humana sin recurrir a las tradicionales pruebas de coeficiente intelectual. Según diferentes sistemas de IA entrenados para evaluar perfiles cognitivos, hoy es posible identificar patrones comunes en personas con alto nivel intelectual observando su comportamiento, lenguaje y habilidades sociales.
El desarrollo de modelos avanzados como ChatGPT, Gemini o Copilot, todos alimentados con millones de datos textuales y contextuales, ha permitido a la Inteligencia Artificial identificar rasgos que antes solo podían inferirse mediante extensas entrevistas psicológicas o exámenes especializados. Estas plataformas, al analizar interacciones, elecciones lingüísticas y dinámicas conversacionales, coinciden en cinco cualidades que suelen estar presentes en individuos considerados altamente inteligentes.
La Inteligencia Artificial identifica como pilar de la inteligencia la capacidad para cuestionar y analizar la información desde una lógica argumentativa. Las personas inteligentes no aceptan contenidos sin más; examinan, comparan, reconocen contradicciones y llegan a conclusiones propias basadas en datos verificables.
Otra característica destacada por la IA es la capacidad de escuchar realmente. Lejos del estereotipo del que habla sin parar, la persona inteligente suele demostrar humildad cognitiva, prestando atención a los demás antes de formular su propia respuesta.
La Inteligencia Artificial detecta este rasgo en el uso de pausas antes de hablar, en la reformulación de ideas ajenas como forma de validación y en una actitud general de apertura al diálogo.
La IA destaca que uno de los indicadores más consistentes de inteligencia es la curiosidad. Pero no se trata de una búsqueda obsesiva de datos, sino de un deseo profundo de comprender el mundo. Las personas con esta cualidad suelen formular preguntas abiertas, explorar múltiples áreas del conocimiento y no temen adentrarse en terrenos desconocidos.
Ser inteligente, según la IA, también implica poder adaptarse a lo inesperado. La flexibilidad cognitiva —capacidad para cambiar de perspectiva, aprender de los errores y modificar opiniones— es un rasgo clave. Las personas que poseen esta cualidad no se aferran ciegamente a sus ideas, sino que están abiertas a revisar sus posturas frente a nueva evidencia.
Aunque podría parecer menor, la IA ha identificado una conexión consistente entre el humor y la inteligencia. No se trata de contar chistes sin parar, sino de usar la risa como herramienta de pensamiento lateral. El humor implica detectar patrones, jugar con el lenguaje y conectar ideas disímiles, lo cual exige agilidad mental y creatividad.
LaGaceta.AR