Castillo de Astipalea, la fortaleza blanca suspendida entre el cielo y el mar en Grecia

Hay lugares que parecen dibujados por un pintor enamorado del mar Egeo, y el Castillo de Astipalea es uno de ellos. Imagine una fortaleza blanca encaramada en la colina más alta de la isla, con muros de piedra que parecen fundirse con el cielo y los tejados azules de las iglesias ortodoxas que emergen como gemas luminosas. Es el símbolo absoluto de la isla con forma de mariposa , una mezcla de leyenda, historia veneciana y el encanto cicládico que cautiva a primera vista.
Astipalea no es la Grecia perfecta que todos conocemos: es más salvaje, más íntima y auténtica. Y por eso mismo, su castillo medieval, también conocido como el Castillo de Querini , parece aún más mágico. Ha permanecido allí durante siglos, custodiando Chora, listo para contar historias de piratas, caballeros y antiguos señores. Pero visitarlo hoy es una experiencia que trasciende la historia: significa caminar entre ruinas suspendidas entre el cielo y el mar, respirar el viento salado y sentirse parte de un paisaje atemporal.
Qué ver en el Castillo de AstypaleaAl llegar a la cima, la vista es impresionante: a un lado, el Egeo extendiéndose hasta el infinito; al otro, el laberinto blanco de Chora, con sus estrechos callejones y casas cicládicas. El Castillo de Querini fue construido por los venecianos en el siglo XV para defender la isla de los ataques piratas. Hoy en día, se conservan sus imponentes murallas, junto con varias torres y las dos iglesias que acaparan la atención: Panagia Kastrou y Agios Georgios , ambas encaladas con clásicas cúpulas azules que contrastan con la piedra oscura de la fortaleza.
Pasear entre las ruinas de los castillos griegos es como adentrarse en una película épica: se pasa por portales góticos tallados, arcos medio destruidos y patios que antaño bullían de vida. Algunos miradores son auténticos balcones con vistas al Egeo, perfectos para fotografiar el atardecer cuando el cielo se tiñe de naranja y rosa.
La magia, sin embargo, no reside solo en la arquitectura. Es la atmósfera lo que impacta: silenciosa, suspendida, con el viento silbando entre las piedras y el sonido del mar a lo lejos. Visitar el castillo al atardecer es una experiencia emocionante: en ese momento, realmente parece que el tiempo se detiene.
Qué hacer alrededor del Castillo de Astypalea: la Chora y los molinos de vientoTras visitar la fortaleza, una de las más hermosas de Grecia, recomendamos explorar la Chora de Astipalea , que comienza justo al pie del castillo. Sus casas encaladas se disponen como un anfiteatro que se alza sobre la colina, y pasear por sus estrechas calles es un constante intercambio de pintorescas vistas, coloridas escaleras y buganvillas fucsias que florecen entre las fachadas.
Al descender hacia la plaza principal, te recibirán los icónicos ocho molinos de viento , alineados como pequeños guardianes rojos y blancos. Son el corazón palpitante de la vida nocturna de la ciudad: aquí encontrarás bares, tabernas y discotecas que, al ponerse el sol, se llenan de música y charlas.
Otra experiencia imprescindible es subir al castillo de noche, cuando la fortaleza se ilumina y la isla, la más occidental del Dodecaneso y geográficamente considerada parte de las Cícladas , se hunde en el silencio. Desde la cima, el cielo estrellado parece más cercano que nunca: Astipalea, gracias a su tenue iluminación artificial, es un paraíso para los amantes de la astrofotografía .
Consejos prácticos para visitar el Castillo de AstypaleaSe puede llegar fácilmente al castillo a pie desde la plaza principal de Chora: la subida es empinada pero corta, y ofrece vistas espectaculares durante el recorrido. La entrada es gratuita y la visita es gratuita , pero conviene llevar calzado cómodo, ya que el terreno interior es irregular. El mejor momento para visitarlo es, sin duda, el atardecer, cuando la cálida luz tiñe de dorado las paredes. Lleva agua y una chaqueta ligera: incluso en verano, el viento puede ser bastante fuerte allí arriba.
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