EEUU vota con Rusia: Occidente se divide en la ONU, situación sin precedentes

Darío Mazzocchi 25 de febrero de 2025

Del mismo lado en el Palacio de Cristal de la ONU en Nueva York, en un cambio de escenario internacional que sirve de preámbulo a los próximos contactos entre ambos países para buscar una solución al conflicto en curso en Ucrania. Estados Unidos y Rusia votaron en contra de una resolución de las Naciones Unidas que pide la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano y califica a Moscú de “agresor”. En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el apoyo de Rusia, se aprobó la resolución de Estados Unidos que pide una rápida paz en Ucrania, con la abstención de los cuatro países de la UE (Francia, Eslovenia, Grecia, Dinamarca) y el Reino Unido.

Un movimiento, por parte estadounidense, previsto la semana pasada y que se cumplió ayer y que marca una brecha con los aliados de la OTAN, ya que muchas delegaciones europeas aparecen entre los Estados que apoyaron la resolución presentada por Kiev. Entre quienes se opusieron estaban Israel, Irán, Corea del Norte, Bielorrusia y Hungría, mientras que China se abstuvo: una mezcla inusual de “alianzas”. Estados Unidos también se abstuvo en una segunda resolución separada destinada a facilitar un final rápido y negociado de la guerra, después de que representantes europeos insertaran una enmienda que se consideró que tenía un tono demasiado antirruso.

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Así, mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, viaja a la Casa Blanca para reunirse con Donald Trump , las tensiones diplomáticas entre ambas orillas del Océano Atlántico vuelven a aumentar. Durante la agitada jornada también se celebró la reunión del G7, con participantes conectados a distancia y a la que asistió la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. La reunión, que fue inaugurada por el líder ucraniano Volodomir Zelenski, reafirmó el apoyo de los participantes al fin del conflicto. El objetivo final, compartido por Italia, sigue siendo el de lograr una paz justa y duradera para evitar la aparición de futuras crisis.

Las intenciones, incluida la de un vínculo euroatlántico para la seguridad del Viejo Continente, están todas ahí. De hecho, ayer en Kiev se hizo notar la ausencia de representantes estadounidenses con motivo de la ceremonia por el tercer aniversario del estallido de la guerra. Por el contrario, hubo algunas caras de la Unión Europea, incluida la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y los primeros ministros y jefes de Estado de las repúblicas bálticas, los más preocupados por las medidas de Putin.

Von der Leyen aprovechó la ocasión para pronosticar la entrada de Ucrania en la UE en 2030 si el programa de reformas puesto en marcha en algunas cuestiones relacionadas con la justicia y la participación democrática continúa "a este ritmo". También ayer, la UE introdujo nuevas sanciones contra Rusia.

Incluyen una prohibición a la importación de aluminio y otras restricciones a la exportación de ciertas tecnologías, como el software para la exploración de petróleo y gas. El hacha también afecta a la propaganda de Moscú, con la suspensión de las licencias de emisión de ocho periódicos. Las puertas se abren en Europa, pero no en la OTAN, según declaraciones de Mike Waltz, asesor de seguridad nacional de Trump. Unirse a la Alianza Atlántica "no está sobre la mesa", pese a la decisión de Zelensky de dimitir para facilitar el ingreso de su país.

“No veo que Estados Unidos permita que Ucrania ingrese a la OTAN y luego se vea obligado inmediatamente, según el Artículo 5, a desplegar tropas estadounidenses directamente en el conflicto para defender a Ucrania”, dijo Waltz en una entrevista con Fox News. Se trata, pues, de enfoques diferentes. Las relaciones con Rusia siguen siendo una prioridad para Estados Unidos y en este sentido se ha programado un segundo encuentro con los emisarios de Putin en Arabia Saudí: una repetición de lo ocurrido hace una semana entre Marco Rubio, en su calidad de secretario de Estado, y Sergei Lavrov, ministro de Exteriores ruso. El nombramiento es considerado "una señal de progreso" por algunas fuentes. La misma definición utilizada por Zelensky para describir el trabajo realizado en el acuerdo comercial con Washington como parte del paquete para detener las operaciones militares. La declaración se produjo durante el G7, al que Trump estaba obviamente vinculado: una señal de distensión en un día muy agitado.