En Túnez, la activista Saloua Ghrissa fue encarcelada por Kaïs Saïed por defender los derechos humanos.
Encarcelada desde diciembre de 2024 en la Prisión Civil de Manouba, la activista tunecina Saloua Ghrissa está pagando el precio de su compromiso con las personas migrantes, las minorías sexuales y las libertades fundamentales. Esta detención ilustra la creciente represión de la sociedad civil bajo el régimen de Kaïs Saïed.
Durante siete meses, la activista tunecina de derechos humanos Saloua Ghrissa ha estado recluida en una celda de la Prisión Civil de Manouba, Túnez. Una celda de 50 metros cuadrados, abarrotada de un centenar de reclusos. La activista es la directora ejecutiva de la Asociación para la Promoción del Derecho a la Diferencia (ADD), una organización que lucha contra las políticas represivas y antimigrantes del presidente Kaïs Saïed.
Fue detenida el 9 de diciembre de 2024 y ha permanecido detenida desde entonces. «Su caso se enmarca en la presión actual sobre las asociaciones. Las acusaciones suelen ser las mismas: evasión fiscal, blanqueo de capitales, malversación de fondos», declaró a Nawaat su abogada, Rania Zaghdoudi. Zaghdoudi denuncia estos motivos espurios.
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