El editorial. Bayrou en la tormenta

François Bayrou no se ha tomado vacaciones este año, y lo ha dejado muy claro. Pero la vuelta al cole, también para él, se avecina en un clima político francamente hostil. El primer ministro, que ofrecerá su primera rueda de prensa este lunes desde que presentó a mediados de julio las medidas de austeridad que pretende prescribir para sanear las finanzas públicas, sabe que se encuentra rodeado de dificultades.
El movimiento "Bloqueo Todo", que exige paralizar el país el 10 de septiembre, cobra fuerza y ahora cuenta, a pesar de la vaguedad ideológica que lo rodea, con el apoyo de gran parte de la izquierda. El diálogo con los interlocutores sociales está al borde del colapso a medida que se multiplican los proyectos de reforma social, percibidos como pasos forzados. Finalmente, el espectro de la censura se cierne peligrosamente sobre el gobierno: La Francia Insumisa presentará una moción en este sentido el primer día del próximo periodo de sesiones parlamentarias, incluso antes de que comience el debate presupuestario. Y el primer ministro estará, una vez más, a merced de la oposición.
Sin duda, se avecina una tormenta, pero apostar por la caída del Primer Ministro sería arriesgado. Con el apoyo del Presidente de la República, el centrista —más resiliente que sus predecesores Gabriel Attal y Michel Barnier— ya ha superado ocho mociones de censura. Con cuarenta años de experiencia política, ha demostrado su capacidad para navegar en aguas turbulentas.
Este verano, jugó el papel de YouTuber, apelando a la opinión pública y abogando por una dieta general, que promete aplicar a los líderes políticos. Sin duda, también jugará el papel de negociador en las próximas semanas. Queda por ver si podrá evitar el naufragio.
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