Editorial: La hambruna palestina “debe atormentarnos”

Las palabras nos golpean la conciencia al fondo de la foto de un niño demacrado: «Esta es una hambruna que nos atormentará a todos». En una conferencia de prensa el viernes, Tom Fletcher, jefe de la oficina de coordinación humanitaria de las Naciones Unidas, reconoció oficialmente la hambruna en Gaza .

Según expertos de la ONU, más de 500.000 gazatíes viven en una situación de escasez alimentaria catastrófica. Peor aún, esta tragedia podría haberse evitado sin el bloqueo israelí de la Franja de Gaza, que impide la entrada de ayuda humanitaria. La ONU va más allá, considerando esta hambruna como un arma de guerra que ha sido abiertamente promovida por ciertos líderes israelíes. Al mismo tiempo, el gobierno de Benjamin Netanyahu sigue negando las pruebas y se prepara para atacar la ciudad de Gaza con todo el poder del ejército israelí en un intento por ocupar esta parte del enclave palestino.

En una acción sin precedentes, quebrantando su deber de confidencialidad, funcionarios europeos (1.650 personas) piden, en una carta abierta dirigida a Ursula von der Leyen , presidenta de la Comisión Europea, que se tomen rápidamente medidas humanitarias para Gaza. Y es cierto que la vacilación de la Unión Europea a la hora de ejercer presión real sobre el Estado hebreo genera incomprensión.

Más allá de cualquier sesgo en el conflicto de Oriente Medio, más allá de la urgente necesidad de liberar a los rehenes israelíes, más allá del innegable carácter terrorista de Hamás, que los mantiene retenidos, la tragedia que se desarrolla en Oriente Medio exige una respuesta esencial y firme. Incluso si implica acción política. Al suspender el suministro de armas a Israel el 8 de agosto —una decisión doblemente valiente dado su pasado con el pueblo hebreo—, Alemania mostró el camino. Ahora queremos escuchar la voz de Europa.