Descifrado. Guerra comercial: Por qué Estados Unidos y China anunciaron una tregua

Dos días de negociaciones en Ginebra fueron suficientes: Estados Unidos y China anunciaron el lunes que suspendían los exorbitantes aranceles aduaneros que se habían impuesto mutuamente . La suspensión entrará en vigor el miércoles por 90 días. Reduce los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos del 145% al 30%, y los aranceles chinos sobre los productos estadounidenses del 125% al 10%.
El poder de los mercadosLos comentarios de las delegaciones sugieren una suspensión más prolongada. "Ninguna de las partes quiere una ruptura" en las relaciones económicas, dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Además, ambos países acordaron establecer "un mecanismo para continuar las discusiones sobre las relaciones comerciales y económicas". Mejor aún, Donald Trump dijo que esperaba hablar "con el presidente Xi, quizás a finales de la semana". Elogió las "productivas discusiones en Ginebra" y habló de "una muy, muy buena relación" con China.
¿Cómo explicar esta repentina caída de la tensión en la guerra comercial ? La reacción del mercado ofrece una primera respuesta: todas las bolsas del mundo, incluida la de Nueva York, acogieron el acuerdo con una fuerte subida de sus valores. La oposición del mercado también fue la causa de la primera retirada de Donald Trump el 9 de abril, cuando revirtió el aumento general de los aranceles aduaneros, con excepción de China. La crisis del mercado de obligaciones (los inversores mundiales, desconfiados, dejaron de comprar deuda estadounidense) lo había puesto particularmente en alerta.
Sin duda, la firmeza de China también ha jugado un papel. Xi Jinping, por ejemplo, ha bloqueado virtualmente las exportaciones de tierras raras, de las que su país tiene abundancia y que son esenciales para la industria estadounidense.
Sin embargo, la tregua no es la paz. La voluntad de reducir el déficit comercial y priorizar los productos " made in America " sigue estando en el centro de la promesa electoral de Donald Trump. Y la rivalidad con China, que aspira a convertirse en la primera potencia mundial, sólo puede agudizarse en todos los ámbitos, incluido el comercial.
Por último, cabe señalar que las negociaciones tuvieron lugar en Ginebra, donde se encuentra la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC), normalmente autorizada para tratar estas controversias. Su ausencia total de las discusiones demuestra que el retorno a reglas multilaterales respetadas por todos no está en el horizonte.
Le Progrès