Vino a 1,89 € la botella en Lidl: «Es una vergüenza, debería prohibirse»

Tras la baguette de 29 céntimos , llega el vino por menos de 2 euros. Lidl ha puesto en sus estanterías una botella de Burdeos por 1,89 euros, una oferta que ha indignado a los viticultores, justo en plena vendimia.

Los clientes, por su parte, están divididos sobre una botella "de bajo coste". A ese precio, la promoción resulta intrigante. Pero los consumidores no son unánimes. Entre el atractivo del precio bajo y el temor a un vino de menor calidad, muchos piensan principalmente en "los productores", los primeros afectados por esta guerra de precios. Y tras el precio de 1,89 €, las pérdidas son reales para los productores.

En realidad, algunos viticultores se ven obligados a liquidar sus existencias para hacer espacio para la nueva cosecha. Esto es lo que Thierry explica en Les Grandes Gueules: «Tengo muchos colegas que tienen existencias y no saben qué hacer con ellas, y las revenden por 1,89 €. Así que no es necesariamente barato. Quienes realmente tienen existencias no son necesariamente malos viticultores. Pero con la crisis y el hecho de que cada vez bebemos menos vino, tenemos muchas existencias», explica el viticultor.

Entre la reducción de precios, los aranceles y la caída del consumo, la industria vinícola de Burdeos se encuentra bajo presión. El año pasado, los productores se movilizaron contra la gran distribución. Pero esta nueva ofensiva arancelaria está reavivando la indignación.

Para el chef Yves Camdeborde, el vino por menos de 2 € en Lidl es una vergüenza. «Me parece muy triste. Pensaba que en Francia no se podía vender con pérdidas. 1,89 €, si le quitas el precio de la botella, el del corcho, el de la etiqueta y el IVA, me pregunto qué le echan aparte de jugo de calcetines». Pero, como explicó Thierry, un vino barato no significa necesariamente que sea malo.

Yves Camdeborde continúa: «Devalúa un trabajo en plena vendimia. Cultivar uvas en ciertas regiones es complicado, es el trabajo de un artista y de una persona apasionada. Es una tragedia devaluar el trabajo de estas personas que se sacrifican en ello. Es una vergüenza, debería prohibirse». El chef se permite dar un consejo: «No lo beban, se enfermarán y después les costará el doble en la consulta médica».