¿Por qué la economía francesa se resiste?

La economía francesa muestra signos de resiliencia. El Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE) ha elevado su previsión de crecimiento para 2025: se espera que el PIB crezca un 0,8 %, frente al 0,6 % previsto inicialmente antes del verano. Esta revisión se debe, en particular, al sólido desempeño de la actividad en primavera.
Algunos sectores muestran un desempeño particularmente positivo: el turismo, el sector inmobiliario, la aeronáutica y la agricultura presentan un buen desempeño. La construcción también está recuperando fuerza, mientras que la industria automotriz sigue en dificultades.
Pero la economía francesa debe afrontar un contexto complejo. Los obstáculos provienen del exterior, con los aranceles aduaneros introducidos por Donald Trump, pero también del interior, con la persistente inestabilidad política desde la disolución del gobierno en junio de 2024.
Según el INSEE, esta inestabilidad se refleja en un comportamiento pesimista y cauteloso: los consumidores, a pesar de haber ganado más poder adquisitivo que en el resto de Europa, siguen ahorrando masivamente.
Los temores de desempleo están en su nivel más alto en diez años (excluyendo la crisis sanitaria), mientras que el empleo se mantiene estable y se espera que el desempleo aumente solo ligeramente, al 7,6% a finales de año.
En el ámbito empresarial, la inversión se está reactivando más lentamente que en otros lugares, a pesar de que su situación financiera se mantiene, en general, saneada. En otras palabras, si la incertidumbre política se disipara, el crecimiento francés podría reanudarse más rápidamente.
Finalmente, algunos se muestran preocupados por la posible rebaja de la calificación crediticia de Francia por parte de Fitch. Según el INSEE, el impacto sería limitado: los mercados financieros ya han anticipado esta eventualidad. Los tipos de interés franceses son comparables a los de países con calificaciones más bajas, como Italia. Fitch podría indicar que la capacidad de pago de la deuda actual no está en duda, pero expresar dudas sobre la capacidad de los gobiernos para reducir los déficits futuros, lo que incrementaría la deuda futura.
A pesar de estas incertidumbres, el mensaje sigue siendo claro: la economía francesa se mantiene bien y algunos sectores muestran un impulso alentador, una señal de que el crecimiento aún podría sorprender al alza.
RMC