Moda ultrarrápida: Shein, un lobby en todos los sentidos
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Hace unos meses, sin previo aviso, un equipo del gigante de la ropa Shein contactó con Magali Berdah a través de un simple correo electrónico. La marca china quiere asegurarse los servicios de la sensual influencer, que es muy popular en las redes sociales con casi tres millones de seguidores acumulados en Snapchat e Instagram. La oferta es imposible de rechazar, es la propia Magali Berdah quien está invitada a escribir la cantidad que está dispuesta a aceptar. Vale la pena correr el riesgo de tener una cuenta bien surtida, ya que hacer negocios con Shein seguramente será una colaboración inflamable que generará comentarios y controversias.
La campaña, difundida en redes sociales y YouTube, tenía un carácter político y se centraba en la propuesta de ley para reducir el impacto ambiental de la moda rápida, que se debatía en el Senado los días 2 y 3 de junio. Magali Berdah lo acusa de «atentar contra Shein y sus clientes en particular, con la implementación de un impuesto que podría ascender a diez euros por producto vendido por la marca para 2030», escribe en su perfil de Instagram. Según un estudio del Ifop, el 60% de
Libération