Climatización, mantenimiento, sensores... Cómo la RATP intenta adaptarse al cambio climático

Es una escena que conoce cualquiera que haya tomado el metro de París en pleno verano . En un tren abarrotado en hora punta, la temperatura, alta en el exterior, se vuelve sofocante. A falta de aire acondicionado, los rostros brillan, los pasajeros resoplan y se abanican como pueden. Los pocos minutos del viaje transcurren en un silencio doloroso, y el aire que entra por las ventanas abiertas no es suficiente para aliviar el sufrimiento de los usuarios. Una situación temida por los viajeros, y que corre el riesgo de repetirse cada vez con más frecuencia, a medida que los veranos se vuelven más calurosos y largos .

Consciente de esta evolución, la RATP se propone actuar. «El coste de la inacción es mucho mayor que el de la acción», resume el director financiero del grupo, Jean-Yves Leclerc, quien asegura no tener la menor vacilación antes de emprender las obras necesarias para el correcto funcionamiento de la red. Cada año, por ejemplo, el grupo invierte entre 1 y 2 millones de euros para modernizar su...