Bulgaria está preocupada por los efectos de las sanciones contra la petrolera rusa Lukoil.
Escasez de combustible, pérdida del "mayor contribuyente" del país: Sofía incluso busca evitar las sanciones estadounidenses contra la petrolera rusa, propietaria de la única refinería del país y que ejerce un cuasi monopolio en el mercado.
Tras el anuncio, el 22 de octubre, de nuevas sanciones estadounidenses contra las dos principales petroleras rusas, Rosneft y Lukoil , persiste la incertidumbre sobre su aplicación en Europa. En Bulgaria, Lukoil posee la única refinería del país, así como casi 500 estaciones de servicio, y goza de un cuasi monopolio en el mercado de combustibles. Por consiguiente, la preocupación ha aumentado considerablemente a medida que se acerca el 21 de noviembre, fecha límite para cesar todo comercio con las entidades sancionadas por Washington.
¿Tendrá que cesar toda su actividad la refinería de Burgas, propiedad de Lukoil? ¿Será vendida? ¿O pasará a manos estatales, en cuyo caso habría que nombrar un administrador provisional? ¿Y qué ocurrirá con las gasolineras de todo el país? ¿Y si, con la llegada del invierno, Bulgaria se quedara sin gasóleo de calefacción y combustible?
El 29 de octubre, el servicio en búlgaro de Radio Free Europe/Radio Liberty ya había analizado todas estas opciones en un extenso artículo. Durante una visita al país el lunes 3 de noviembre, el comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, se limitó a declarar que la Comisión estaba en contacto con Sofía sobre este asunto y que la cuestión de la seguridad del suministro de combustible se debatiría a nivel europeo el 12 de noviembre. En cualquier caso, «los Estados miembros deben contar con reservas de petróleo suficientes para cubrir noventa días de consumo», afirmó, según recoge el diario digital Mediapool .
Pero los búlgaros están lejos de estar tranquilos. El problema radica en que los activos de Lukoil en el país no pertenecen directamente a Rusia, algo que las autoridades parecen estar descubriendo, según señaló el diario digital Off News . Durante el fin de semana, la prensa búlgara también se hizo eco de las afirmaciones de Politico , que reveló que, ante la complejidad de la situación, Sofía tenía la intención de solicitar una exención a Washington con respecto a Lukoil.
El viernes 31 de octubre, el Parlamento búlgaro aprobó una moción que limita las exportaciones de productos derivados del petróleo a otros Estados miembros de la Unión Europea para garantizar su seguridad energética. Una señal preocupante, según el exministro de Energía, Alexander Nikolov, quien lo reiteró el lunes en el canal de televisión bTV. Que la refinería de Lukoil en Burgas era , «directa o indirectamente, el mayor contribuyente del país». «Nada es más importante para el funcionamiento del presupuesto estatal búlgaro, y para determinar si habrá déficit o superávit, que la operación de la refinería», continuó.
Courrier International




