Beaune: El mercado del vino lanza el comercio electrónico

A tiro de piedra de los emblemáticos Hospicios Civiles de Beaune, una antigua iglesia de los siglos XIV y XV alberga un espacio dedicado a los vinos de Borgoña. Con una superficie de 500 metros cuadrados, el Marché aux Vins, una bodega vinculada a los castillos de Meursault y Marsannay, ofrece una selección de más de 1300 vinos, que combinan grandes cosechas de Borgoña con algunas joyas de Burdeos e Italia.

Su oferta también incluye vinos orgánicos. «Actualmente, diría que el 10 % de nuestros clientes piden vinos orgánicos», afirma Andrea Minardi, director del sitio.

«En el Marché aux vins , tenemos dos puntos fuertes: nuestra oferta de visitas autoguiadas y catas, y nuestros vinos excepcionales», explica el director italiano, quien ocupa el cargo desde febrero de 2023. Bajo su tutela, el concepto del lugar ha evolucionado, abriéndose más al público y ampliando la diversidad de denominaciones. «Inicialmente, casi el 90 % de los vinos ofrecidos provenían del Château de Meursault; hoy ofrecemos alrededor de 1300 referencias de diversas procedencias».

Los visitantes pueden recorrer libremente el corazón de esta antigua iglesia convertida en bodega, guiados por grandes mapas explicativos y carteles que detallan el origen de los vinos. La bodega alberga añadas de más de 40 años, mientras que en la planta baja, los vinos se exponen en las capillas de San Francisco, San Antonio y San Sebastián.

A continuación, una máquina expendedora, donde basta con escanear un código para degustar, innova en la ruta del vino. Sin embargo, siempre hay un sumiller disponible para responder preguntas y guiar a los aficionados en su descubrimiento. Durante la temporada de verano, siete sumilleres reciben y acompañan a los visitantes, ofreciendo también catas a medida adaptadas a los gustos y presupuestos de cada persona. «El cliente ofrece su presupuesto, ya sea tinto o blanco, y yo le ofrezco la mejor oferta», afirma el gerente.

Pero la experiencia no termina en la bodega. Un viñedo situado justo detrás del edificio añade una dimensión extra a la visita. «Ofrecemos una experiencia completa, no solo una cata», enfatiza Andréa Minardi. Los mapas pegados en las paredes muestran las parcelas de los vinos consumidos, destacando la rareza y las añadas ofrecidas.

Si bien la clientela del Marché aux vins es casi exclusivamente turística, el gerente observa un descenso en el negocio desde 2023. «El turismo se ha calmado, el poder adquisitivo ha bajado. Aunque veamos gente, vendemos menos. La cola frente a los Hospicios es cada vez más corta, la gente compra menos, lo que nos obliga a cuestionarnos constantemente». Para compensar, la tienda está invirtiendo en su sitio web para abrirse a una clientela internacional. «Nuestro objetivo es acercar el vino a la gente, abrirnos al mundo».