Dubái: Entre bastidores de la antigua tradición de las carreras de camellos, una verdadera pasión del emirato

El programa "13 Horas" (13:00 h) te invita a descubrir deportes únicos en el mundo a través de su nueva serie. El miércoles 20 de agosto, nos dirigimos a Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos (Oriente Medio), donde las carreras de camellos son toda una institución. Una tradición que se remonta a 14 siglos, fascina a los dubaitíes.
Este texto es un fragmento de la transcripción del informe anterior. Haga clic en el vídeo para verlo completo.
A la sombra de las torres de Dubái, en pleno desierto oriental, son un símbolo viviente del pasado beduino de los Emiratos Árabes Unidos (Oriente Medio). Los camellos compiten a diario en carreras durante esta temporada. Una tradición centenaria que fascina a los residentes de Dubái.
"Es un día importante. Estamos emocionados y, si Dios quiere, vamos a ganar", dice un espectador. "Estas carreras son nuestra pasión. Nuestros antepasados las hicieron y nosotros seguimos haciéndolo porque nos encanta", explica otro.
Estas carreras de camellos, que tienen su origen en el siglo VII, pueden generar grandes premios, de hasta 50.000 euros. Pero aquí no hay jinetes. Robots llevan las riendas, controlados desde la pista por los dueños. Un walkie-talkie está conectado a un altavoz en el lomo del animal. Una caja activa el látigo. En Dubái, no hay límite en el número de latigazos. Una práctica que puede considerarse escandalosa. A velocidad máxima, el dromedario puede alcanzar los 65 km/h. «Es una carrera realmente magnífica», comenta con entusiasmo un participante, que controla al animal desde su coche.
Antes del inicio de cada competición, este es un paso esencial. El robot debe estar firmemente sujeto al lomo del animal. El personal del establo se encarga de asegurarlo. "Ahora vamos a asegurar el robot. Esta correa debe pasar a un lado para que la lona no se mueva. Para ello, debe estar firmemente sujeta", explica uno de ellos.
Antes de la aparición de los robots, los jinetes eran niños. Pero en 2005, las autoridades quisieron acabar con esta práctica. «Antes, existía un riesgo considerable de caídas y lesiones, y los niños pesaban más, por lo que la carrera era difícil. Ahora, estos robots son muy ligeros y se pueden controlar a una distancia de 3 km», afirma.
Hoy en día, estos pequeños robots se han vuelto indispensables para la competición. Máquinas de carreras diseñadas en un taller. Mohammed Ismail, fabricante de robots de Bait Al Thiqa, produce aquí el 90% de los robots que se utilizan en el país. Un modelo se vende por unos 130 euros: «Aquí es donde fabricamos y preparamos las piezas del robot. Y una vez ensamblado, lo guardamos en este estante», explica.
El motor del robot es en realidad un taladro. Es lo que hace girar el látigo. El toque final es el atuendo. Al igual que el de los jinetes, las camisetas de los robots las eligen los dueños de los camellos de carreras. "Miren este atuendo rojo. Es diferente al de la izquierda. Fue encargado por el Príncipe de Dubái. Él eligió el color y el estilo", nos muestra Mohammed Ismail.
Una nueva estrella de las competiciones, los jinetes robot, han asegurado el futuro de las carreras de camellos en los Emiratos Árabes Unidos. Aquí, son incluso más populares que las carreras de caballos.
Francetvinfo