La nueva y elegante película de Tessa Thompson adapta una obra maestra. Introduce algunos cambios importantes.

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calc(100vw - 30px)" width="1560">Este artículo contiene spoilers de Hedda .
En la nueva versión cinematográfica de Nia DaCosta de la famosa obra de Henrik Ibsen , Hedda Gabler , el personaje principal juega constantemente con la llave que lleva colgada al cuello, la cual abre un estuche de pistolas que heredó de su padre. Esto parece presagiar el conocido final de la obra de 1891, en el que Hedda se quita la vida. Pero la singular interpretación que la directora de Candyman hace de la historia de una de las protagonistas femeninas más famosas y complejas de la literatura, atormentada por la ansiedad —aquí llamada simplemente Hedda— , promete un final muy diferente al que se vislumbraba en la obra original. Se ha consagrado como una obra maestra del realismo literario. Una multitud de cambios transforman la historia de una mujer presa de un profundo tedio, atrapada en una vida que no desea. Pero es el final de Hedda, ahora disponible en Prime Video tras su estreno en cines, lo que realmente distingue a esta adaptación, alterando fundamentalmente nuestra comprensión de la historia, para bien o para mal.
La obra de Ibsen sigue a Hedda Tesman, de soltera Gabler, quien acaba de regresar de su luna de miel con el joven y ambicioso académico George Tesman. Pronto se hace evidente que Hedda no ama a George. Su compleja dinámica —la exasperante insatisfacción de Hedda con su vida; los constantes, aunque infructuosos, intentos de George por conquistarla— se complica aún más con la llegada de Ejlert Løvborg, rival profesional de George, quien aspira a la misma cátedra universitaria y es un alcohólico en recuperación. El giro inesperado: Hedda y Løvborg fueron amantes, sin que nadie lo supiera. Así se establece una suerte de comedia de enredos, teñida de melancolía y con un prometedor tufillo a tragedia futura: Hedda sigue enamorada de Løvborg, quien afirma estar enamorado de Thea Elvsted, antigua compañera de escuela de Hedda y mujer casada que inicialmente contrató a Løvborg como tutor de sus hijos. Más complicado aún: la destreza académica de Løvborg se promete en un manuscrito de sus nuevos estudios secretos, pero la elaboración y protección de su trabajo está directamente ligada a su sobriedad, que se debe a la influencia de Thea, lo que provoca los celos de Hedda por la cercanía entre su excompañero de escuela y su ex amante.
El cambio más evidente en Hedda de DaCosta, además de la elección de la actriz afro-latina Tessa Thompson para el papel principal, es el cambio de género, que añade una dimensión LGBTQ+ a la historia. Aquí, Ejlert Løvborg se convierte en Eileen Løvborg, interpretada por la formidable actriz alemana Nina Hoss. Esta Løvborg es una académica formidable, menospreciada por su alcoholismo y por ser mujer en un campo dominado por hombres. El cambio de género hace que todas las asperezas y preguntas en torno a la relación entre Hedda y Løvborg sean más concretas. Si bien las razones de Hedda para alejarse de Løvborg en el texto original son discutibles —no está claro a qué le temía tanto Hedda al comprometerse con Ejlert Løvborg—, resulta comprensible que dos mujeres enamoradas en la década de 1950, época en la que se ambienta la película, no estuvieran tan dispuestas a pregonarlo a los cuatro vientos, o que existiera un mayor temor a comprometerse públicamente. Además, la determinación de Løvborg, interpretada por DaCosta, de conseguir la cátedra adquiere una nueva urgencia, dadas las dificultades que enfrenta como mujer al ingresar en un ámbito predominantemente masculino; a pesar de su prometedor talento y de asegurar que su nuevo manuscrito (aquí, aparentemente sobre fetiches sexuales) revolucionaría el campo, aún debe luchar para ser vista como una igual. Como era de esperar, cuando una celosa Hedda finalmente manipula a Løvborg para que beba, la justificación que da es que Løvborg debe mantener las apariencias ante sus colegas masculinos, a quienes intenta impresionar.
Si el cambio de género de Løvborg consolida un aspecto más sutil de la obra de Ibsen, así como la historia de fondo de Hedda y Løvborg, la otra gran diferencia de DaCosta toma algo concreto de la versión de Ibsen y lo abstrae por completo. En la historia original, las travesuras y maquinaciones de Hedda provocan que Løvborg recaiga y se emborrache, durante lo cual pierde su preciado manuscrito, que George recoge y deja en casa con Hedda. Hedda termina quemándolo, aunque Løvborg cree que simplemente se ha extraviado. Løvborg se deprime al pensar en perder la obra de su vida y habla de pensamientos suicidas, que Hedda le anima a explorar dándole una de sus preciadas pistolas y deseándole una «muerte hermosa». Løvborg termina suicidándose, aunque no de la forma «hermosa» que ella había esperado; En cambio, sucede accidentalmente en un burdel cuando el arma se dispara mientras la lleva en el bolsillo de la camisa. Poco después, Hedda se suicida, quizá por culpa, por miedo a que otro personaje (el juez Brack) intente extorsionarla para que se involucre en la muerte de Løvborg, por su insatisfacción con su vida en general, o por una combinación de las tres razones.
La nueva versión de Hedda comienza con la protagonista intentando ahogarse antes de ser rescatada del lago, con los bolsillos llenos de piedras, una escena que sugiere sus intenciones suicidas desde el principio. La mayor parte del acto final transcurre como en la obra de Ibsen: Løvborg pierde su manuscrito y Hedda lo quema, para luego alentar las tendencias suicidas de la académica dándole una de las pistolas, que se dispara accidentalmente cuando Løvborg se enzarza en una discusión en estado de embriaguez. Tras escapar por poco del juez Brack (Nicholas Pinnock), quien intenta aprovecharse de ella, y darse cuenta de que, como en la obra, Thea (Imogen Poots) y George (Tom Bateman) intentarían reescribir juntos el trabajo de Løvborg, Hedda se dispone a ahogarse, como intentó al principio. Pero antes de sumergir la cabeza, oye a alguien gritar que Løvborg ha sobrevivido al disparo. La última imagen que vemos es el rostro de Hedda, justo encima del agua, pasando de una mirada indiferente a una sonrisa traviesa. ¿Se suicidará como Hedda en la obra? La película termina antes de que lo sepamos.
Este final abierto reescribe por completo el arco narrativo, según la interpretación del espectador. Es fácil creer que esta versión de Hedda vería la supervivencia de Løvborg como una oportunidad para que algo interesante ocurriera en su vida, ya fuera amor o una manipulación continua, dándole así una razón para seguir viviendo. Ese final imbuiría la historia con una promesa de esperanza. Pero Hedda Gabler fue tan extraordinaria por su naturaleza trágica y su negativa a eludir las devastadoras limitaciones a las que se ven sometidas las mujeres, conduciéndolas a un malestar fatal. Si Hedda hubiera podido mantener su personalidad tóxica y amante de las fiestas a lo largo de la obra, ¿qué motivo tendría para buscar la muerte? En cambio, se cansó de la soltería y de la expectativa de que esta debía terminar en algún momento, y, en consecuencia, se atrapó en una existencia que no deseaba. Al alterar este hecho, la película de DaCosta se adentra en una realidad diferente: una que no se centra tanto en cómo los asuntos de los hombres ponen a las mujeres al límite.


