Ay. ¿Qué queda de nuestros "bonitos campamentos de verano"?

Disminución de la asistencia, estancias más cortas y caras, centros de acogida envejecidos, reducción de la financiación pública, desintegración familiar... Por todas estas razones, desde la década de 1990, los campamentos de verano no han sido tan populares como en la década de 1960. En 2020, según cifras del Instituto Nacional de la Juventud y la Educación Popular (Injep), solo 600.000 niños en Francia pudieron disfrutar de ellos. En comparación con los 4 millones de 50 años antes.
Si hacemos cuentas, hoy estamos lejos de la mezcla social que los centros siguen enarbolando con orgullo como bandera: los estudiantes de secundaria de entornos privilegiados se gradúan más que los de entornos obreros (el 27 % de los hijos de ejecutivos, frente al 10 % de los hijos de trabajadores). ¿Y qué hay de las clases...?
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Le Progres