Implante de retina devuelve parcialmente la visión a personas ciegas

Imagine recuperar la capacidad de leer, hacer crucigramas o reconocer las caras de sus seres queridos tras perder la vista. Lo que antes se consideraba un milagro se está convirtiendo poco a poco en realidad gracias a un implante de retina experimental que se está probando en decenas de pacientes en Europa.
El estudio, publicado en el New England Journal of Medicine , involucró a 38 pacientes con DMAE, degeneración macular relacionada con la edad, la principal causa de ceguera después de los 50 años. Esta enfermedad destruye progresivamente las células fotorreceptoras de la retina, lo que dificulta distinguir detalles, leer o reconocer rostros.
Los investigadores implantaron un diminuto chip electrónico de 2 x 2 mm, tan fino como un cabello humano, bajo la retina. Este se conecta a unas gafas con una cámara que graba la escena frente al paciente. Las imágenes son procesadas por inteligencia artificial: el algoritmo mejora el contraste y el brillo, y simplifica las formas para conservar solo lo esencial: un rostro, una letra, un objeto.
Estas imágenes simplificadas se proyectan directamente sobre el implante, que reemplaza las células retinianas destruidas y envía señales al cerebro. Como resultado, los pacientes recuperan la percepción visual funcional.
El ensayo clínico, realizado en cinco países europeos, incluida Francia, mostró resultados alentadores: el 85 % de los participantes pudo leer letras, números y palabras en casa después de 12 meses. La edad promedio de los pacientes era de 79 años.
Esta tecnología, denominada Prima, está detrás de investigadores del Inserm, la Universidad de la Sorbona, el CNRS y el Hospital Quinze-Vingts de París. El dispositivo está siendo desarrollado por Science Corp, fundada por un exempleado de Neuralink, la empresa de implantes cerebrales de Elon Musk.
A pesar de estos prometedores resultados, la tecnología se encuentra en fase experimental. La visión resultante no es natural: inicialmente, los pacientes describen una imagen pixelada, como un mosaico de puntos brillantes. Con entrenamiento, el cerebro aprende a interpretar estas señales para reconocer formas y rostros.
Se observaron efectos secundarios (hipertensión ocular y desprendimiento de retina), pero, según los investigadores, se controlaron rápidamente. Sin embargo, los beneficios para los pacientes parecen superar con creces los riesgos.
El dispositivo aún no está disponible para el público general. Su aprobación y producción a gran escala tardarán varios años. Se desconoce el costo de esta tecnología, pero se prevé que sea elevado. Sin embargo, este avance abre una nueva perspectiva para millones de personas con DMAE: recuperar cierta independencia mediante la tecnología.
RMC