El colapso de un glaciar suizo pone el calentamiento global en el foco

En esta etapa, es imposible determinar el papel preciso del cambio climático en la cadena de factores que llevaron al sepultamiento de la aldea de Blatten, en Suiza. Sin embargo, el calentamiento más rápido que el promedio de los Alpes y la dramática pérdida de volumen de los glaciares suizos sugieren que las zonas montañosas europeas tendrán que adaptarse a una nueva normalidad.
Las imágenes captadas por cámaras web, helicópteros y drones el miércoles 28 de mayo, en el Valais, Suiza, dejan sin palabras. Se ve una gigantesca columna de polvo que se extiende desde la cima de la montaña y desciende por la pendiente con un rugido ensordecedor, dividiéndose en docenas de chorros, como el último ramo de un espectáculo de fuegos artificiales monocromáticos, que golpean el fondo del valle y se elevan en densas y espesas nubes.
La razón es que cuando el glaciar Birch se rompió, provocó una avalancha que arrancó las paredes escarpadas, llevándose consigo rocas y deslizamientos de tierra. Abajo, el pueblo de Blatten quedó casi completamente sepultado. Había sido evacuado nueve días antes cuando aparecieron grietas en el hielo de la estructura alpina monitoreada durante mucho tiempo.
«En la cima del Petit Nesthorn, a unos 3.300 metros de altitud, una grieta desestabilizó millones de metros cúbicos de roca», describió el periódico suizo Le Temps en un artículo publicado la víspera del suceso, que reconstruía en tres dimensiones la zona y los derrumbes ocurridos hasta entonces.
“A medida que estos deslizamientos de rocas aislaban al glaciar del calor y retardaban su derretimiento, su peso hacía que el hielo se moviera, y este movimiento se aceleraba drásticamente.
Courrier International