Despertarse de la noche a la mañana como un virtuoso del piano: el síndrome del sabio musical adquirido

En 2006, un estadounidense de 39 años llamado Derek Amato sufrió una grave lesión en la cabeza tras zambullirse en una piscina poco profunda. Unos días después, aún convaleciente, se sentó al piano y tocó una pieza compleja, a pesar de no haber aprendido a tocar el instrumento. «Escucho música todos los días, a cada hora. Tengo imágenes de composiciones en la cabeza. Veo notas negras sobre un fondo blanco deslizándose por mi mente y no puedo dejar de tocarlas», declaró posteriormente al Huffington Post .
Derek Amato es uno de los raros casos de lo que se conoce como síndrome del sabio musical adquirido, un fenómeno en el que una persona desarrolla habilidades musicales extraordinarias después de un derrame cerebral, una lesión en la cabeza, etc.
Estas habilidades musicales y artísticas particulares pueden describirse en personas con trastornos del neurodesarrollo, en particular en aquellas dentro del espectro autista. «Algunas tienen oído absoluto, una memoria musical excepcional y/o una alta sensibilidad a los sonidos, lo que puede explicarse por la hipersensorialidad», observa Hervé Platel, profesor de neuropsicología en la Universidad de Caen-Normandía. Varios estudios también han demostrado correlaciones entre una fuerte creatividad artística y trastornos psiquiátricos como el trastorno bipolar o la esquizofrenia. Este fue el caso, por ejemplo, de Niki de Saint Phalle y Kurt Cobain.
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Le Monde