El secreto mejor guardado de Francia: capital del Art Nouveau y la cuarta ciudad en monumentos históricos

Es difícil arrebatarle a Francia el título "del país más visitado del mundo", por supuesto siempre con París a la cabeza. Pero hay también un interesante destino, entre la capital francesa y Estrasburgo, que es muy poco conocido para los viajeros de España y que, sin embargo, es una de las ciudades más bellas de Europa. Conocida por su arte barroco y Art Nouveau, un itinerario por la arquitectura de Nancy nos permitirá conocer edificios fascinantes, pero también disfrutar en sus baños termales de 1911 que han vuelto a recobrar vida.
Nancy, un ciudad que puede presumir de plazas
Empezamos a descubrir esta ciudad de la Lorena francesa por su plaza principal y adoquinada, la de Stanislas, que es una de las más impresionantes de Europa. Rodeada de fuentes, puertas doradas y palacios del siglo XVIII, fue construida en 1752 y une el casco antiguo con la ciudad nueva. Está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero no solo ella, ya que de este reconocimiento también pueden presumir dos plazas contiguas: la Place d'Alliance y la Place de la Carrière, a la que se accede traspasando el maravilloso Arco Heré, una construcción que destaca por su original decoración.
Por cierto, para los amantes del arte, justo en la Plaza Stanislas hay una visita obligada: el Museo de Bellas Artes, donde se exhiben interesantes obras europeas, desde finales del siglo XIV hasta nuestros días.

Con lo visto hasta ahora, ya habrás descubierto por qué Nancy puede presumir de ser una de las ciudades más atractivas e interesantes de toda Francia. Continuamos nuestra ruta hacia las calles estrechas y empedradas del casco antiguo que se mantienen en el tiempo flanqueadas por una impresionante arquitectura medieval. Uno de los símbolos principales de esta zona histórica es la Porte de la Craffe, una fortificación medieval construida en el siglo XIV, en estilo gótico y con dos altas torres que fueron utilizadas como cárceles. Es la única puerta que se mantiene de las antiguas murallas medievales.
La basílica de Saint-Epvre
En la Ciudad Vieja (Vieille Ville) se encuentra el edificio religioso más alto de Nancy, gracias a sus ochenta y siete metros de altura. La basílica de Saint-Epvre fue construida en la segunda mitad del siglo XIX, en estilo neogótico, sobre la iglesia original del siglo XV que fue demolida en 1863. Está en la place de Saint-Epvre, una zona de tiendas y cafeterías que es de los lugares más animados de la ciudad. Y después de un momento de relax en alguna de estas terrazas, coge la Grande Rue, que es la calle más importante de la Ciudad Vieja y está llena de ambiente y tiendecitas.
El Palacio de los Duques de Lorena
¡No te saltes esta visita! Antigua residencia aristocrática, fue construida en el siglo XVI y su elegante exterior es impresionante. Desde 1848, este espléndido palacio se convirtió en el Museo de Lorena dedicado a la historia de la región. Destaca por su fascinante mezcla de la exuberancia gótica y la elegancia renacentista.

Pocas ciudades pueden presumir de un patrimonio Art Nouveau tan bello como Nancy y la mejor manera de descubrirlo es empleándose a fondo en el arte de callejear, ya que las mejores obras están repartidas por el centro. Podrás descubrir más de 50 edificios de esta arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX entre magníficas villas, edificios de bancos, farmacias o incluso brasseries.
Pero hay dos que te recomendamos no perderte: la Villa Majorelle, construida en 1901, fue el primer edificio Art Nouveau completo en Nancy. Y el otro es el Complejo Nancy Termal, un spa de principios del siglo XX que por la primera Guerra Mundial quedo paralizado. Hoy se puede disfrutar de sus aguas con propiedades curativas coronadas por una impresionante cúpula de Art Déco.
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