Chihuahua, uno de los tesoros escondidos en el norte de México: lo distingue su naturaleza, cultura y sabores

No es solo el nombre de una raza de perro conocida internacionalmente. Desde 1824 identifica a uno de los estados más grandes de México, con más de 247 mil kilómetros cuadrados de extensión y una división en 67 municipios: hablamos de Chihuahua, uno de los tesoros escondidos del país conocido mundialmente por su tequila, mariachis y tradición.
A pesar de la violencia que golpea a distintas regiones del país, este estado fronterizo con Texas, Estados Unidos, ha sabido sobreponerse y abrirle paso al turismo como carta de presentación. Hoy, Chihuahua se muestra al mundo a través de sus atractivos naturales, la hospitalidad de sus comunidades y la resiliencia de quienes lo habitan.
El turismo en esta región se ha convertido en motor de desarrollo. Cada año, más de cuatro millones de visitantes llegan atraídos por paisajes, historia, cultura y aventura.
Este Estado comparte su geografía con Sonora, Sinaloa, Durango, y Coahuila Zaragoza y posee una red de vías terrestres en buen estado que lo conectan con distintas regiones del país, además de los rieles del tren que unen al norte de Chihuahua con la zona del pacífico, a través de 350 kilómetros de línea férrea, cuyo recorrido ofrece una de las vistas más impresionantes de esa región.

Las Barrancas del Cobre, en Chihuahua. Foto:Jesús Blanquicet
El turismo en esta región de México se ha convertido en un eje clave de desarrollo. Cada año llegan más de cuatro millones de visitantes atraídos por la mezcla de paisajes naturales, tradiciones vivas y opciones de aventura.
Para llegar desde Colombia se debe tomar un avión a Ciudad de México o a Cancún y de allí, tomar un avión o bus hacia Chihuahua capital, el recorrido por aire puede tomar unas tres horas; mientras que por carretera puede superar las 10 horas.
Al llegar a Chihuahua capital, el visitante tiene una amplia oferta de sitios para visitar, que van desde el centro histórico, con oferta de plazas y museos, hasta la zona más exclusiva conocida como el Distrito 1 donde se encuentran restaurantes, tiendas y hoteles cinco estrellas para satisfacer los gustos de quienes buscan una experiencia de lujo.
Es esta ciudad el punto de partida hacia varios destinos dentro del Estado. Hay una gran oferta de rutas de flotas, pero también de servicios de traslados especiales. Precisamente, una de esas rutas conducen a Cuauhtémoc, a una hora y media de la capital, refleja la riqueza cultural del estado, ya que hacen vida comunidades de menonitas, indígenas rarámuris y mestizos.

La Quinta Gameros es uno de los edificios más emblemáticos la Ciudad de Chihuahua. Foto:Jesús Blanquicet
En esta ciudad se encuentra el Museo Menonita, inaugurado en el año 2000 y reúne la historia de esta comunidad en México. La edificación conserva objetos donados por las familias que se asentaron en la región en 1922 y que marcaron un antes y un después en el desarrollo agrícola local.
Además, la oferta se amplía con visitas a queserías, la casa de galletas de la familia Kroeker y los manzanares que caracterizan la economía local, cuya fruta es utilizada para la elaboración de varios productos.
En esta zona se concentra la base productiva del estado que descansa en la ganadería y la agricultura. A lo largo de la ruta 16, que conecta a la ciudad de Chihuahua con Cuauhtémoc, se pueden apreciar grandes llanuras con siembras de manzanares, trigales y maizales.

Comunidad Menonita en Chihuahua. Foto:Jesús Blanquicet
La gastronomía es otro de los grandes atractivos de Chihuahua. En sus ciudades y pueblos es común encontrar restaurantes que ofrecen los tradicionales tacos, pero preparados con carne de primera calidad, reconocida en el país por la selección de reses y los procesos de crianza.
La cocina menonita se hace presente en productos como quesos y galletas, mientras que en otros rincones del estado se ofrecen pizzas, cortes al carbón y platillos regionales que se convierten en una verdadera experiencia turística y gastronómica.
Desde Cuauhtémoc, a tan solo dos horas se puede encontrar la comunidad de Creel, uno de los cinco pueblos mágicos del Estado y que es considerado como la puerta de entrada a la Sierra Tarahumara y a las Barrancas del Cobre.

El Tren Chepe Express recorre varios kilómetros de Chihuahua y Sinaloa. Foto:Jesús Blanquicet
En esta pintoresca localidad se encuentra la estación más concurrida del Chepe Express y concentra una amplia infraestructura hotelera, comercios y restaurantes. En sus calles principales se comercializan artesanías rarámuris como cestas de palma, tambores, arcos, rebozos y violines, piezas que refuerzan la identidad cultural de la región.
En los alrededores esperan lugares que parecen sacados de una postal: el Lago de Arareko, la Cueva de Sebastián habitada por una familia rarámuri, y los valles de los Hongos, Ranas y Monjes con sus peculiares formaciones rocosas. También se encuentra la misión jesuita de San Ignacio de Arareko, testimonio de la historia religiosa en la sierra.

El Valle de Los Monjes, Chihuahua. Foto:Jesús Blanquicet
Uno de los emblemas del pueblo y de la región es el Chepe Express, zona en donde se encuentra una de las estaciones más importantes del tren que tiene salida los viernes y domingos hasta Los Mochis, una de las ciudades más importantes de Sinaloa. Este sistema de transporte, es considerado por los locales como uno de los principales atractivos que dinamiza la economía en esa zona de México.
El tren tiene un recorrido de más de 350 kilómetros y cruza una de las sierras más imponentes de todo México a través de un circuito de túneles y puentes que se han convertido en referentes de la arquitectura e ingeniería del país azteca. A lo largo del trayecto se encuentran 5 estaciones, por lo que los precios de los boletos dependen del destino final del viajero.
Impulsado por varias locomotoras, este tren, de 540 pasajeros, data desde 1961 y conecta también al pueblo de Creel con las Barrancas del Cobre y ofrece tres categorías de servicio: ejecutiva, primera clase y turista.
Las dos primeras permiten acceso a bares y restaurantes exclusivos, y la última dispone de un vagón adaptado para personas en condición de discapacidad. Ninguna de las categorías ofrece conexión a internet, lo que permite disfrutar del viaje como un recorrido de contemplación.

Plaza de la ciudad de Creel. Foto:Jesús Blanquicet
El trayecto corto culmina en Divisadero, municipio de Urique, y que conduce directamente a las Barrancas del Cobre, ubicadas en el corazón de la Sierra Tarahumara conformadas por un sistema de siete barrancas que destacan por su magnitud, al ser cuatro veces más grande y dos veces más profundo que el Gran Cañón de Colorado en Estados Unidos.
Este destino turístico es uno de los más importantes del norte de México y se distingue por sus paisajes de tonos cobrizos que dan origen a su nombre.
Desde las ladras de las barrancas se pueden apreciar impresionantes amaneceres y atardeceres, y se vista en época de invierno el lugar ofrece espectaculares panorámicas cubiertas de nieve.
En esta misma zona se encuentra el Parque de Aventura Barrancas del Cobre, inaugurado en 2010. Este complejo turístico incluye un teleférico de gran longitud sin torres intermedias, un circuito de siete tirolesas con descensos de hasta 1.100 metros y 250 metros de profundidad, puentes colgantes, rutas para bicicleta de montaña y la vía ferrata, que integra rappel y escalada en roca.

Uno de los restaurantes del Distrito 1 de la ciudad de Chihuahua. Foto:Jesús Blanquicet
Uno de sus principales atractivos es el ziprider más largo del mundo, con 2.500 metros de recorrido y velocidades que superan los 110 kilómetros por hora en solo diez segundos. El complejo cuenta además con un restaurante de piso de cristal que permite contemplar las barrancas desde una vista panorámica.
A tres horas de Creel, en el municipio de Ocampo, al noroeste de Chihuahua, se localiza el Parque Nacional Cascada de Basaseachi, uno de los espacios naturales más representativos del estado y del país. Su nombre proviene del término “Basaseachi”, que significa “lugar de coyotes”, y hoy es conocido por albergar la segunda caída de agua más alta de México.
La cascada alcanza los 246 metros de altura, formada por la confluencia de los ríos Durazno y Basaseachi, que descienden de un sistema de cañones de gran riqueza natural.

La cascada de Basaseachi, es uno de los saltos de agua más altos de México Foto:Jesús Blanquicet
El parque ofrece tres miradores estratégicamente ubicados, desde los cuales es posible observar el salto de agua desde diferentes ángulos y apreciar la magnitud del caudal en temporada de lluvias.
En la zona habita fauna diversa como gato montés, jabalíes, coyotes y venados, que encuentran en este ecosistema un espacio para su desarrollo. En los alrededores también se encuentra el rancho San Lorenzo, punto de referencia para quienes llegan a la zona a hospedarse y poder recorrer los senderos del parque y explorar con detenimiento su riqueza ecológica.
El área es habitada por los indígenas pimas, un grupo originario que mantiene su propio dialecto. Aunque quedan pocos integrantes de esta etnia, su presencia conserva la memoria cultural de la región y refuerza la relación ancestral de los pueblos originarios con la naturaleza.
Con todas estas experiencias, Chihuahua invita a descubrir un destino que combina cultura, naturaleza, gastronomía y aventura. Un lugar que sorprende en cada rincón y que deja en quien lo visita el deseo de volver. ¡Ah, Chihuahua!
*Con invitación del Fideicomiso de Turismo de Chihuahua
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