¿Por qúe los TCA empeoran en verano?

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¿Por qúe los TCA empeoran en verano?

¿Por qúe los TCA empeoran en verano?

Con la llegada del buen tiempo, durante la primavera y el verano, las personas exponemos más nuestros cuerpos y, por tanto, es cuando nuestras inseguridades afloran y pueden ir a más. Además, llega la fiebre de la operación bikini que, muchas veces con la ayuda de las redes sociales y de la publicidad, acentúa esa necesidad de realizar un cambio repentino en el cuerpo. En consecuencia, puede intensificar los efectos de este tipo de TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria).

Rocío Rosés, psicóloga y directora del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, asegura que “en esta época del año pueden observarse cambios en la persona afectada, como que no quiera ir a la playa o a la piscina cuando siempre ha querido ir”. En verano hay factores de riesgo y la persona “puede empezar a mostrar este tipo de sintomatología psiquiátrica”.

Esta experta explica cómo afrontar situaciones difíciles para las personas con TCA en momentos de amyor riesgo como el actual, en la época de primavera-verano, y ofrece consejos para los familiares que conviven con una persona que sufre un TCA.

¿Qué son los TCA?

En concreto, esta especialista indica que los Trastornos de la Conducta Alimentaria son “enfermedades mentales complejas” que se caracterizan por una relación poco saludable con la comida y con la imagen corporal, lo que afecta profundamente a la percepción que las personas tienen de sí mismas. “Las personas afectadas con TCA suelen renunciar a actividades tan habituales y potencialmente placenteras como pueden ser ir a la playa o a la piscina”.

Rocío Rosés, psicóloga y directora del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitari Sagrat Cor y responsable del Instituto de Salud Mental del Centre Mèdic l’Eixample Sagrat Cor, ambos en Barcelona.

Rocío Rosés, psicóloga y directora del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitari Sagrat Cor y responsable del Instituto de Salud Mental del Centre Mèdic l’Eixample Sagrat Cor, ambos en Barcelona.

Su tratamiento, que debe ser muy especializado, según especifica esta especialista en el manejo de estas patologías, requiere de la intervención de un equipo multidisciplinar de profesionales y durante el mismo es importante que la familia y las personas más cercanas sepan cómo actuar con la persona que sufre un TCA.

“El mensaje desde la publicidad y las redes sociales en esta época del año es que el cuerpo es maleable y cambiante, cuando todos tenemos un peso determinado por aspectos genéticos. El problema es que estos mensajes afectan muy negativamente a la persona afectada, ya que, por supuesto que las personas debemos tener una alimentación variada y equilibrada, basada en la dieta mediterránea, pero cuando se realizan restricciones de algunos grupos de alimentos, especialmente de hidratos de carbono, esto puede afectar negativamente a la persona y, cuánto mayor es la restricción alimentaria, la distorsión de la imagen corporal (percepción real-percepción ideal) es mayor”, advierte esta psicóloga.

De hecho, alerta de que el factor que más se vincula con el inicio de una patología alimentaria, así como con el mantenimiento de la enfermedad, es la realización de restricciones alimentarias y de algo que está tan socialmente aceptado como el hecho de realizar una dieta sin supervisión ni necesidad médica, sólo con fines estéticos.

Comparación con el patrón de belleza vigente Las personas con TCA perciben su cuerpo de una forma negativa alejada de la realidad

“Los TCA alteran la imagen corporal. Esto significa que las personas se perciben de una manera más negativa respecto a su realidad. Esta diferencia viene en parte marcada por los estándares de belleza. Por ejemplo, los varones generalmente se perciben más estrechos respecto a la medida de su espalda, ya que cuando se comparan con el patrón de belleza masculino vigente (cuerpo hipermusculado) se autoperciben más estrechos de lo que realmente son”, mantiene Rocío Rosés.

En cambio, indica que en el caso de las mujeres se perciben más anchas respecto a sus caderas y a su cintura; en gran parte de los casos debido a que el modelo de belleza femenino es con cintura y caderas especialmente estrechas y, al compararse con dicho ideal, su autopercepción es más negativa, viéndose más gruesas de lo que son en realidad.

Cómo pueden ayudar la familia y los amigos

Con todo ello, la psicóloga y directora del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, destaca que la familia es clave para este tipo de patologías, indicando en primer lugar que se recomienda realizar la mayor cantidad posible de comidas en familia, comiendo todos lo mismo, y en un espacio dónde se pueda favorecer el diálogo con todos los miembros de la familia.

Las dietas milagro no sirven para tener el cuerpo deseado Hay que ayudar a los adolescentes a trabajar la autoestima y el autoconcepto

Del mismo modo, aconseja igualmente que la familia no realice comentarios negativos sobre ninguna persona. “Además, es fundamental que sean promotores de tener un pensamiento crítico sobre los medios de comunicación. Ya que, en la mayoría de casos de difusión de tipos de dietas, productos, etc. siempre hay un motivo económico detrás”, asevera la experta.

Es por ello que, defiende Rocío Rosés, hay que ayudar a los adolescentes a ser conscientes de que los estándares de belleza, tanto masculinos como femeninos, son prototipos prácticamente inexistentes en la población general y que, para conseguir ese cuerpo deseado, no hay que hacer dietas milagro, sino trabajar en la autoestima y el autoconcepto.

lavanguardia

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