Contra la agresividad y la incertidumbre, Fernanda Laguna propone pensar la ternura

Una convocatoria de Fernanda Laguna, artista y curadora de gran proyección internacional, habita hasta mitad de junio El Local, una vidriera que da a la Avenida Juan B. Justo en La Paternal. Susana Laguna, Silvina Sícoli y Emmanuel Franco fueron invitados a pensar en sus objetos personales. Grupo de estudio sobre la ternura, la muestra que es resultado de esas reflexiones, indaga de modo poético cada situación.
Fernanda explica en su texto: "La ternura es una relación entre el objeto y yo, un pez comiendo de una cuchara, el dedo gordo del pie, los marcadores, los lápices, los fantasmas, las ramas con caras de niños, la miel que construye un nido familiar. La ternura es una mirada lateral, es la transformación de uno en algo tierno y blando".
El frente de El Local, sobre Av. Juan B. Justo.
El plan necesitaba de intercambios y conversaciones para concretarse. Los artistas (entre ellos María Luisa San Miguel, artista invitada) explican el proceso en la sala de exhibición, convocados por Ñ. "Hay una pedagogía de la ternura", comienza Laguna, y se explaya sobre cómo cada participante fue encontrando un modo de trasladar su mirada a un dibujo, un objeto o una instalación donde quede evidenciado un sesgo.
Una parte de esta metáfora poética descansa en el texto de la curadora que envía señales de que algo tierno es algo suave, señal que despierta el deseo de ser protegido como cuando encontramos en un cajón un objeto cargado de historias casi olvidadas. También la fealdad de ciertos monstruos que no asustan, o el sentido de cierta carencia que tiene lo kitsch que, tal como sugirió alguna vez un teórico argentino, se funda en una pretensión que brilla en su modestia. "La ternura es un triángulo tonto que protege de la adversidad", dice el texto curatorial y es un soporte del cual nos valemos todos mientras el mundo se muestra en los contrarios: violencia y agresividad.
Vista general de sala desde la vidriera 1: izquierda arriba: bandera Q & U, pelo sintético, tachuelas, rama, asta moharra, (Silvina Sicoli), sobre la ventana: objetos de referencia, colecciones de Fernanda Laguna, Silvina Sícoli
Por eso, muchas de las obras que componen esta muestra tienen la capacidad de despertar la caricia como la bandera Q & U, de Silvina Sícoli hecha con pelo sintético, tachuelas, rama y asta moharra que cae como un estandarte a cada lado de la vidriera en dos versiones.
Los dibujos de Emmanuel Franco que están hechos sobre un papel encontrado en una mudanza que desdoblan la idea de "un fuerte el trazo sobre el papel tan débil" haciendo vibrar con el color de sus obras mientras una de sus inspiraciones es un portarretrato con imagen de Trapito, un personaje del dibujante de historietas argentino Manuel García Ferré que es un espantapájaros viviente que permanecía sumido en la tristeza a causa de su falta de ilusiones.
Personaje que se emparenta con otra historia de la película del Mago de Oz, filmada en 1939 sobre un cuento infantil del escritor neoyorkino Lyman Frank Baum, donde la niña Dorothy se hace amiga del Espantapájaros que desea un cerebro, el Hombre de Hojalata que desea un corazón, y del León Cobarde que desea valor. Los muñecos-títere de Silvina Sicoli, de profesión bióloga, que siente que fue dibujante incluso antes de dedicarse a ser artista. Son personajes hechos con restos que se acoplan buscando darle sentido a una cabeza de monigote que enternece por su factura artesanal y despierta en quien mira, el deseo de recomponer de dónde vienen esos retazos cargados de historia.
Instalación de muñecos-títeres sobre ramas de árbol de Silvina Sicoli, al lado: portaretrato con imagen de Trapito y dibujo sobre papel de Emmanuel Franco.
Algunos de los objetos que dieron lugar a este grupo de estudio se muestran como parte del proceso que llevó un año de pensar cuál iba a ser el tema. Vinculando al acto creativo a una situación de intercambio de ideas que iban surgiendo: caja cartuchera de madera y diccionario Anteojito y cajas de crayones de los años ´70, muebles de casita de muñecas, miniaturas de torta o el osito peluche que todos hemos atesorado en la infancia.
Buscar acuerdos a partir de esta construcción definida por diálogos entre los cuatro convocados, encontrar un tipo de relación entre objetos y personas, revalorizando los vínculos, pero dejando de lado la resonancia intelectual que descansa en el sistema de un grupo de estudio.
Mientras Silvina aporta que una de sus metas era "cómo expandir la ternura en algo que no parece tierno", susana señala el "generar empatía con el otro" y Emmanuel afirma que asocia "la ternura con lo pequeño, como cuando un niño descubre un sabor intenso". Laguna define esos sentimientos menos complejos que se evidencian como una mirada lateral ya que: "somos tiernos los nocturnos, los pesados, los nostálgicos, los coleccionistas de chatarra, los huérfanos emocionales, los que miran para otro lado y los que esconden".
Un universo sutil que no desgarra ni produce emociones exaltadas, sino que lleva a entrar en un sistema de objetos, obras y palabras que acompañan una salida eficiente del mundo amenazante y cargado de incertidumbres que tanto se comunica en redes, pantallas y noticias de vasta circulación.
La exposición Grupo de estudio de la ternura se puede visitar hasta el 15 de junio en la galería El Local, Juan B. Justo 4328.
Clarin