Un nuevo orden global

Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

Un nuevo orden global

Un nuevo orden global

Tras el acuerdo China-EE.UU. del pasado fin de semana, alivio en los mercados de bonos, en el de las bolsas y en el de divisas, recuperándose de los estropicios del 2 al 11 de abril, cuando los aranceles recíprocos ponían el mundo al borde del abismo. De momento no ha sido así, aunque tiéntense la ropa y no echen las campanas al vuelo: el acuerdo alcanzado no es el final de la guerra sino, simplemente, una transitoria tregua. El conflicto de fondo va para largo, para muy largo, y aún están por ver sus efectos sobre flujos financieros y comerciales.

Dos aspectos a comentar. El primero, la estrategia de elevar sustancialmente los aranceles para reducirlos más tarde no es nueva. Robert Lighthizer, representante de Comercio de Estados Unidos 2017-21, describe en su No Trade is Free. Changing Course, Talking On China, and Helping America’s Workers (2023) la secuencia de avances y retrocesos de las negociaciones de 2018/19, cuando se elevaron los aranceles a China y se redefinió el NAFTA, utilizando todos los elementos que hoy estamos contemplando, incluso las treguas de 90 días.

La OMC, una de las columnas vertebrales de la globalización, desaparece

El segundo, remarcar la desaparición efectiva de una de las columnas vertebrales de la globalización, la Organización Mundial del Comercio (OMC). Creada en 1995, sustituyendo al GATT que había presidido el comercio mundial desde 1947, disponía y teóricamente dispone de los mecanismos de resolución de disputas comerciales entre países. Esa función, en la visión de la Administración Trump, no ha sido suficiente ni adecuada para hacer frente a los problemas que Estados Unidos tenía, y tiene, con la China. Por ello no debe sorprender que la solución a la actual crisis se desarrolle, hoy por hoy, bilateralmente entre EE.UU. y cada uno de sus socios: la Unión Euroepa, China, Vietnam, Malasia o Indonesia entre los más relevantes, al tiempo que ya ha llegado a primeros acuerdos con Gran Bretaña.

Ese mecanismo bilateral de solución de problemas comerciales constituye un torpedo a la línea de flotación del principio cardinal de la OMC: la llamada Cláusula de Nación más Favorecida. Según este, los países signatarios del GATT inicialmente, y posteriormente los adheridos a la OMC, se comprometían a ofrecer al resto de sus miembros cualquier ventaja comercial concedida a un tercer país. Una norma absolutamente básica, que definía un terreno de juego igualitario para todos, simplemente ha pasado a la historia.

Aunque en esta crisis la sangre no termine de llegar al río, el orden neoliberal se está resquebrajando a ojos vista. Y entramos en un paisaje más parecido al de los años 30, en el que cada país, o grupo de ellos, intenta obtener del resto el máximo de ventajas. Para bien, o para mal, la economía global ha abandonado el puerto que la resguardaba de las inclemencias de los nacionalismos. Y se ha iniciado un nuevo rumbo del que todavía no sabemos dónde nos conduce.

lavanguardia

lavanguardia

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow