La Generalitat deja desierta la subasta de la fábrica de canelones que heredó de una solitaria empresaria

La Generalitat ha declarado desierta la subasta de la fábrica de canelones que heredó de una empresaria fallecida sin descendencia ni parientes cercanos. El caso no tiene precedentes: es la primera vez que la administración catalana recibe en legado una empresa en funcionamiento a través de lo que se conoce como herencias intestadas –cuando una persona muere sin dejar un testamento válido–.
Ahora, tras suspender el proceso, deberá decidir los pasos para encontrar un comprador que se haga cargo de la compañía Fadaic, ubicada en Ripollet (Vallès Occidental) y dedicada a la elaboración artesanal de pasta para canelones y lasaña.
Situación sin precedentesEl primer intento no ha sido fructuoso. La Generalitat había abierto un periodo de presentación de ofertas para comprar el 100% de las acciones de la planta que había pertenecido a la empresaria Manuela Marimon, fallecida en el 2019 a los 98 años. El plazo concluyó el 7 de mayo a medianoche y el precio de salida eran 296.155 euros. Ese mismo día la Direcció General del Patrimoni recibió una oferta, realizada por la empresa de Lleida Good Bio Foods, dedicada a la fabricación de zumos y bebidas con certificación ecológica. Pero la compañía no aportó la acreditación de haber constituido la garantía previa necesaria (una cuantía económica para ratificar que iría a la subasta), según consta en el acta de valoración de la propuesta.
Este es el motivo por el que el proceso ha quedado paralizado. La Generalitat, actual propietaria de Fadaic, tiene en estos momentos dos opciones. O bien iniciar de nuevo el proceso de subasta, o bien ir a la venta directa de la empresa.
El resto de la herenciaMientras tanto, el fabricante de pastas continúa con su actividad habitual. En la compañía trabajan diez personas, que elaboran un producto de alta calidad que venden a restaurantes y tiendas gourmet. Desde que su propietaria falleció y pasó a manos de la Generalitat ha estado dirigida por un gerente. En el 2023 –últimos datos disponibles en el registro mercantil– facturó 390.498 euros, un 9% más que un año antes, y ganó 13.201 euros frente a las pérdidas de 39.800 euros registradas en el 2022.
Aparte de Fadaic, la administración catalana recibió como herencia de Manuela Marimon un local comercial y un garaje, una gran casa –en cuya planta baja está instalada la fábrica de pasta y donde residía la propietaria–, otro garaje en el mismo municipio de Ripollet y un molino harinero en desuso en Huesca.
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