China endurece los controles de exportación para tierras raras cruciales antes del encuentro a finales de mes entre Trump y Xi Jinping

La guerra comercial desatada por el presidente estadounidense Donald Trump provocó un duro intercambio de golpes arancelarios entre las dos economías más grandes del mundo. China mantuvo el pulso a los embistes de EEUU gracias, en parte, a que jugaba con una buena carta para negociar: el dominio de las tan demandadas tierras raras.
Washington atacaba con aranceles y Pekín respondía recíprocamente junto con restricciones a las exportaciones de minerales críticos y tierras raras, fundamentales para la fabricación de imanes que impulsan bienes tecnológicos esenciales como turbinas eólicas, dispositivos médicos, vehículos eléctricos y muchas más tecnologías tanto de uso civil como militar.
Las negociaciones de los últimos meses entre las dos superpotencias parecían haber calmado un poco las tensiones con la prolongación de la tregua comercial alcanzada el pasado mayo y con la parte china abriendo las licencias de exportación de sus demandados minerales.
Por ello, ha sorprendido que este jueves el gigante asiático anunciara que endurecía de nuevo sus controles a las exportaciones de los elementos cruciales para la fabricación de muchos productos de alta tecnología
El ministerio de Comercio ha detallado que amplía las restricciones además a las tecnologías de procesamiento (relacionadas con la minería, fundición y separación de tierras raras, así como con el montaje, depuración, mantenimiento, reparación y modernización de las líneas de producción), limitando particularmente el acceso a las empresas extranjeras de los conocidos como artículos de doble uso, aquellos que pueden destinarse a uso tanto civil como militar.
Este último apartado tiene su controversia porque, desde que Rusia lanzó en 2022 la invasión a gran escala de Ucrania, las potencias occidentales han acusado precisamente a China de suministrar a las empresas del régimen de Vladimir Putin artículos de doble uso que Moscú utilizaba para alimentar su maquinaria de guerra. Pekín siempre lo ha negado.
El anuncio del jueves sobre el endurecimiento de las restricciones por parte de China, después de que los envíos de tierras raras hayan estado creciendo de manera constante en los últimos meses, podría apuntar a otra maniobra de presión hacia EEUU, teniendo en cuenta que a finales de este mes el presidente chino, Xi Jinping, mantendrá su primera reunión cara a cara con Trump en una cumbre regional que se celebrará en Corea del Sur.
"La tecnología utilizada para extraer y procesar tierras raras, o para fabricar imanes a partir de tierras raras, sólo puede exportarse con permiso del Gobierno", señala la nota difundida por el Ministerio Comercio chino.
Muchas de estas tecnologías ya estaban restringidas bajo una lista de control de exportaciones, pero las autoridades chinas lo que han hecho ahora sobre todo es endurecer la tramitación de licencias para exportar los equipos utilizados para fabricar imanes de tierras raras, especialmente apuntando a las empresas de la industria armamentística o de los semiconductores. "No se concederán licencias a usuarios extranjeros de defensa, mientras que las solicitudes relacionadas con chips avanzados sólo se aprobarán caso por caso", detallan.
China domina el suministro mundial de muchos minerales críticos y tiene casi el monopolio en el procesamiento de tierras raras pesadas (el grupo que forman 17 metales que abundan en la superficie de la Tierra). Según un informe publicado por la Agencia Internacional de Energía, el país asiático representa el 92% de la producción mundial refinada de tierras raras.
Pekín endureció en abril los controles de exportación (concretamente apuntando a siete minerales críticos) después de que Trump anunciara sus aranceles del 'Día de la Liberación'. Las exportaciones chinas de imanes de tierras raras se desaceleraron a medida que aumentaban las tensiones comerciales, lo que generó bastante alarma entre los fabricantes occidentales.
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