Muere Miguel Ángel Russo, entrenador de Boca y leyenda del fútbol argentino

Miguel Ángel Russo, entrenador de Boca Juniors y legendaria figura de los banquillos en Argentina y Colombia, murió este miércoles a los 69 años en Buenos Aires.
Russo murió tras una larga batalla contra un cáncer de próstata, y su fallecimiento se convirtió en el tema del día en Argentina, por encima de los problemas políticos y económicos que afectan al gobierno de Javier Milei.
'Hasta los buenos tipos mueren: por qué todos querían a Miguel Ángel Russo', fue el título del obituario de 'Clarín', el diario más leído del país, en un buen resumen de lo que era la figura de Russo, que entre 1998 y 1999 dirigió a la Unión Deportiva Salamanca en la Liga española.
"No se dio por vencido y la gente se dio cuenta. Le aplaudió en respetuoso silencio que aun maltrecho siguiera trabajando hasta el final. Así lo quiso. Como esos actores que dicen querer morirse en un escenario, Miguel murió dirigiendo", escribió Daniel Lagares.
Boca, equipo al que llevó a ganar la Copa Libertadores en 2007, lo despidió con un sentido comunicado: "Miguel deja una huella imborrable en nuestra institución y será siempre un ejemplo de alegría, calidez y esfuerzo".
Russo, con un gran pasado como mediocampista, estuvo a un paso de jugar el Mundial de México 86 que terminaría ganando la Argentina de Diego Maradona y Carlos Bilardo.
Ganador de 11 títulos como entrenador, Russo fue dos veces campeón en el torneo argentino como jugador, vistiendo la camiseta de Estudiantes de La Plata, el equipo que lo hizo grande. Otro equipo en el que fue ídolo es Rosario Central, al que hizo ascender a Primera División en 2013 y llevó al título la primera división diez años más tarde, en 2023.
Millonarios de Bogotá, al que hizo dos veces campeón, también se despidió del argentino, que tenía un gran afecto por ese país: "Soy un agradecido a los colombianos por el respeto que recibí. El colombiano te tiene un respeto muy grande, por eso los quiero tanto".
Otros equipos argentinos, como Vélez Sarsfield y San Lorenzo se despidieron de Russo, al que definieron como un "guerrero y caballero del fútbol".
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