El túnel de Iheanacho se prolonga en el Middlesbrough: criticado y sin minutos en el último partido

Kelechi Iheanacho se marchó del Sevilla en los últimos días del mercado invernal. Apuró las opciones para abandonar Nervión, situación que ya no tenía marcha atrás por la poca confianza que el entrenador había depositado en el nigeriano, al que le había dado ciertas oportunidades, no aprovechadas por el atacante. Después de descartar destinos más exóticos, en la mente de Iheanacho siempre estuvo la posibilidad de regresar a Inglaterra, donde mayor nivel ha demostrado. No ya a la Premier, cuyo ritmo de juego no se adecua al físico actual del delantero, pero sí a su división inmediatamente inferior. El Middlesbrough apostó por él, tras la venta de su goleador a la MLS, y ahora espera que responda con goles. De momento, el resultados es nefasto: tres titularidades sin marca y con derrota. En el último partido, cero minutos y victoria para su nuevo equipo. No le deja en buen lugar.

De hecho, los medios locales ya están cargando contra la decisión del Middlesbrough de contratar al jugador del Sevilla en enero cuando se barajaron distintas opciones. Su pasado en el Leicester fue lo que llamó la atención, pensando que si recuperaba su nivel podría ayudar a pelear por algo más que la mitad de la clasificación. Su estado en sus primeros partidos ha sido el que tenía en el Sevilla. El jugador necesita la confianza que dan los minutos y los goles. Como no marca, ya ha perdido lo primero. Y si encima su nuevo club demuestra que está mejor sin él en la hierba, esta nueva aventura se le puede hacer muy larga.

El Sevilla esperaba que la cesión pudiese servir para el renacer de Iheanacho. Evidentemente, nadie estaba convencido al 100% de que se iba a producir, pero existía esa esperanza. Y aún existe, puesto que Michael Carrick no deja de valorar la influencia que debe tener Iheanacho en sus planes. Fue el excentrocampista del Manchester United quien primero habló con el africano para explicarle qué quería de él y cómo podía encajar en sus planes. Esta primera suplencia y ni siquiera jugar un minuto en el segundo periodo es un golpe a su confianza. Le queda tiempo para reaccionar pero, como en el Sevilla, puede que sea tarde de no ponerse manos a la obra.