El Real Madrid resuelve su apagón y se cita de nuevo con Olympiacos el jueves (80-72)

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El Real Madrid resuelve su apagón y se cita de nuevo con Olympiacos el jueves (80-72)

El Real Madrid resuelve su apagón y se cita de nuevo con Olympiacos el jueves (80-72)

En los lances más importantes, todos los aspectos deben funcionar. Así lo hizo el Real Madrid ante Olympiakos (80-72). El playoff es un evento clave en el devenir de los equipos punteros de la mejor competición del resto del mundo. El que no es NBA, el que todo el año es mucho más competido, divertido, apasionante, aunque el nivel superior no sea el mismo: son casi deportes diferentes. En esa realización europea, cuya organización es más que discutible, se disputan cuatro eliminatorias espectaculares que dirimen esa maravillosa Final Four.

Con 2-0 se presentaban los de El Pireo en Madrid, con las bajas de Dorsey y Fournier, aunque les sobra gente en ese roster interminable. Y comenzó poniendo Chus Mateo en liza a su quinteto canónico con los brates y Abalde, que es la combinación de velocidad, defensa y tiro que en principio puede funcionar. A ver, que Gaby pudiera perfectamente estar, pero no le toca. Al final no tuvo su día, por cierto.

Teniendo a Belosevic y Difallah enfrente, ya la cosa pintaba regulera, como dicen en el sur. Pero el inicio madridista fue impecable con una verticalidad que tanto se aprecia también en la sección futbolera. Así que el Madrid era incisivo, pero Olympiacos respondía con solidez. Y por el momento el Real dominaba, Milutinov compensaba ante un Tavares que en defensa tenía una consigna aparentemente clara: no conceder ni una falta. Y así sucedía: se convirtió en el lado débil.

Polémico criterio arbitral

Por el contrario, no era así en ataque, donde los bloqueos directos del gigante caboverdiano procuraban buenas acciones desde el poste alto a los bases… y la táctica surtía efecto. La velocidad alta y un buen final "Feliz" dejó la cosa en 28-21 al primer descanso. Mateo dio entrada a la segunda unidad y comenzó una decaída que no sabe uno si pensar mal, las decisiones empezaban a ser en contra y la fluidez desaparecía.

Entonces inició el consabido conflicto arbitral y Olympiacos volaba ante la frustración de los de aquí. Y son faltas, pasos, zonas de tres segundos, y lo que iba rumbo al +13 queda en -8 en unos minutos de desconexión, parecía que era lunes y no había luz alguna en el coliseo de Goya. Así que en la retirada a los aposentos tuvo que haber algo más que palabras. El Madrid salió a la pista con una mentalidad impresionante. Que no se trata solamente de calidad, o de intensidad. Hay que poner en la cazuela mucha inteligencia, y claro que la tuvo el equipo.

Un segundo tiempo espectacular

El comienzo a toda pastilla del Madrid en la reanudación se canceló en un momento. La fragilidad de Tavares ante Fall provocaba dudas. Y los destellos de Hezonja los respondía Vezenkov en un duelo maravilloso en el que cada seguidor amaba a su estrella. Apenas había faltas sobre el parquet. Es curioso eso de los criterios arbitrales.

Hoy todo el mundo tenía mucho cuidado con los contactos, por lo visto. Y llegó el momento de las revisiones arbitrales. Un tiro sobre la bocina de Vezenkov: es dentro. Un balón fuera en duda, entre Facu y Walkup, es para Olympiacos. Bien, está el equipo armado para ello. Porque sucede lo impensable: el coach Mateo coloca a Ibaka y Garuba, acompañando a Llull, a Abalde… la segunda unidad a resolver el asunto.

Y todo comenzó con un "pincho de tortilla" de Garuba a McKissic, después Llull reprodujo su canasta ganadora de 2023, esta vez no estaba Fall delante, y al final, un 20-12 de parcial… momentos del bisonte Garuba, grita el Palacio, canta mi mujer a mi lado, canta todo dios. Dar la vuelta "al electrónico" parece casi un milagro. Y apareció Abalde con sus meigas ferrolanas, qué año lleva el muchacho, Ibaka apoya para +10 y no hay regalos en el asunto. Se lo han ganado.

Es extraordinario observar que Mateo mantuvo la segunda unidad cuando se acercaba el final. Pero no podía ser un final feliz sin un poco más de suspense. La cosa fue de todo menos fácil. Así que celebró Mateo y esta vez con razón. Sus decisiones fueron consecuentes todo el tiempo con el partido y los jugadores respondieron en todo momento en un partido delicado que se resolvió brillantemente.

Perspectivas para el jueves

El esfuerzo del Real Madrid resultó estremecedor. Pero se venció con un juego más amplio que el de un Olympiacos colgado de su estrella Vezenkov y un renacido Williams-Goss al que más de uno echa de menos en Madrid. La intensidad de los madridistas fue incluso más convincente de lo que indica el resultado, la victoria fue dura y debería reforzar la mentalidad de los chicos de Mateo.

Fue uno de los partidos más sólidos de Chus Mateo en la dirección. La defensa fue intensa e inteligente, con las ayudas funcionando de manera adecuada, pocos tiros cómodos disfrutaron los griegos. Y en ataque hubo muy pocas pérdidas, una noticia extraordinaria. Será la atmósfera de Goya. Quién lo sabe. Pero, siendo complicado, empieza uno a soñar con dar otra vuelta por Hellas. Por si acaso.

El Confidencial

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