El Mundial de Clubes empezó con Óscar Ustari como héroe inesperado del Inter Miami de Lionel Messi, que casi le gana al final a Al Ahly

Comenzó el Mundial de Clubes en Estados Unidos pero el debut del Inter Miami en el Hard Rock Stadium contra el Al Ahly egipcio pareció jugarse en el desierto. Es que así de solo debe sentirse Lionel Messi por momentos, en un equipo al que a veces le falta jerarquía y en otros momentos piernas, con la única excepción del 10 argentino.
Se ve seguido en la MLS desde la llegada de Javier Mascherano y quedó expuesto rápidamente con un rival limitado pero serio como este multicampeón africano. Esta vez lo salvó Oscar Ustari, con más trabajo que los obreros que construyeron las pirámides. Fue un 0-0 que terminó siendo justo. Y sobre el final casi se da el milagro, porque el arquero egipcio se lució con dos atajadas, una de ellas ante una genialidad de la 'Pulga' rosarina.
El primer tiempo fue un baño de realidad para todos, porque Messi tardó en encenderse y el Al Ahly se hizo cargo del protagonismo al ritmo de sus jugadores de mejor pie: Trézéguet, más picante; Zizo, con mayor claridad, y Abou Alí, el número 9, demasiado errático.
El plan de 'Masche' por un 4-4-2 ofensivo y protagonista le salió al revés. El mediocampo, con Sergio Busquets y Federico Redondo como doble cinco, y Telasco Segovia y Tadeo Allende en los costados, fue sometido por el planteo del entrenador español José Riveiro, que adelantó líneas sabiendo que esta versión de Luis Suárez le permitía correr riesgos.
La pegada de Lionel Messi. Foto: Fernando de la Orden / Enviado Especial - CLARIN
Hasta que apareció Messi. En el minuto 14 probó de tiro libre, desde demasiado lejos, dándose cuenta de que se le estaba complicando gestar sociedades para llegar al arco de El Shenawy. Un ratito antes, en el 10, el público le dedicó una ovación: los del Inter pero también los del Al Ahly, mayoría y mucho más ruidosos entre los casi 61 mil espectadores informados por la voz del estadio.
Ustari, a sus casi 39 (los cumple en julio), rescató al Inter de lo que pudo ser un papelón y una decepción inmensa. El exarquero de la Selección Argentina, Independiente y Boca tuvo una actuación digna de su poco valorada trayectoria, ante los ojos del mundo.
En esa primera mitad de zozobras tapó un mano a mano y después sacó un cabezazo imposible, pero la jugada de la noche fue el penal que le atajó a Trézéguet, tras un agarrón dudoso de Telasco que por un ratito descartó las sospechas de arbitrajes benévolos para los locales. Luego, el árbitro Alireza Faghani ignoró una segunda amarilla muy clara para el defensor argentino Tomás Avilés.
Foto: Fernando de la Orden / Enviado Especial - CLARIN
Messi reaccionó a tiempo y los cambios terminaron dando vuelta el trámite de la segunda mitad. Mascherano estuvo bien en sacar a Avilés para evitar la tarjeta roja pero la pegó con el ingreso de Marcelo Weingandt, que lo que tiene de desordenado lo equipara con recorrido y empuje, como en sus viejos tiempos con Boca.
En pleno desierto, Messi arrastraba al Inter con rebeldía. Algún arranque que cortaban con falta, un zurdazo bloqueado que se fue al tiro de esquina, y hasta dos intentos de córner olímpico, una vieja obsesión del rosarino, que intenta cumplir desde su llegada a la MLS y en los partidos con la Selección Argentina.
Foto: Fernando de la Orden / Enviado Especial - CLARIN
La dinámica del Al Ahly se fue apagando hasta convertirse en un espejismo y el Inter, de repente, comenzó a tener las jugadas más claras para llevarse el partido. Y siempre de la mano de Messi. Leo dejó solo a Weigandt, que definió demasiado fuerte por arriba. Luego probó con un tiro libre que se gritó durante varios segundos como gol porque rozó el palo y recorrió toda la red. Y sobre el final, a los 92, casi sorprende con un tiro bombeado que casi se cuela en el ángulo, hasta que apareció el manotazo de El Shenawy.
La última también fue para Inter: Suárez metió un córner a la cabeza del uruguayo Maximiliano Falcón y el arquero del Al Ahly la sacó con la frente. Se acabó la historia. Fue 0-0, un resultado poco alentador para lo que viene, con choques ante Porto -el jueves- y Palmeiras, en busca de una clasificación que siempre pareció complicada, aunque con este Messi en modo faraónico todo es posible.
Clarin