Césped Bermuda, vida salvaje, máxima privacidad y seguridad y un calor asfixiante: así es el Valdebebas del Madrid en Palm Beach

A hora y media de Miami, en dirección norte, el Real Madrid ha encontrado paz y privacidad en The Gardens North County, condado ubicado en Palm Beach. En esta lujosa zona, en concreto en Mar-A-Lago, se compró Donald Trump en 1985 una mansión por cinco millones de dólares en la que invirtió otros tres en ponerla guapa, justo lo que ha hecho el Madrid con su lugar de trabajo durante estos veinte días que piensa estar en Miami hasta que, a partir de cuartos de final (siempre que siga en el torneo), se desplace a New Jersey para el desenlace del campeonato.

El Madrid se va a ejercitar durante estas tres próximas semanas en unos terrenos municipales que se han acondicionado con dos campos de entrenamientos, vestuarios, gimnasio, bañeras de agua fría, sala de fisioterapia y un par de gradas, una para la prensa y otra para los VIP. No hay previsto ningún día de puertas abiertas para los aficionados de a pie que quieran ver de cerca a sus ídolos. Máxima seguridad en The GardensNorth County District Park, con una zona perimetrada por la policía local y fuera del alcance visual del ojo humano con las decenas de lonas que ha instalado el club para que el equipo trabaje en la más estricta intimidad.

Situación decepcionante para el casi centenar de aficionados que ayer se acercaron a ver el entrenamiento, la gran mayoría latinoamericanos y con la camiseta del Madrid enfundada, soportando una temperatura de 32 grados y un 70 % de humedad, calor asfixiante con el que tendrá que convivir el Madrid estos días en Florida.

Lo hará trabajando sobre un césped que minimice los riesgos de lesiones, sobre todo las de rodilla. Aquí en Estados Unidos ha sufrido el Madrid en las últimas pretemporadas graves contratiempos, como le pasó a Asensio, Güler y Joan Martínez. El alto porcentaje de material sintético de la gran mayoría de estadios norteamericanos tiene en alerta al servicio médico del club blanco y a sus jugadores, sabedores que suelen jugarle malas pasadas. Por eso, los dos campos de entrenamiento del Madrid han sido acondicionados con el césped Bermuda, uno de los tipos de césped natural más valiosos del mercado por su resiliencia y regeneración, además de su excepcional tolerancia al calor y a la humedad, que es lo que se despacha en Miami ahora en verano.

Junto al búnker que ha montado el Madrid en Palm Beach, zonas residenciales de alto 'standing' donde las casas de su alrededor no suelen bajar del millón y medio de dólares. Casas en mitad de lagos y zonas verdes que avisan de la existencia de vida salvaje. Eso incluye la presencia de cocodrilos, tan típicos en este lugar de Estados Unidos. Bien está prevenir su presencia para evitar sustos innecesarios.

Sustos que tampoco quiere Xabi en su estreno como entrenador del Real Madrid. El tolosarra solo va a tener tres entrenamientos con toda su plantilla antes del debut del miércoles frente al Al-Hilal (21.00 horas, DAZN y Telecinco). Con el regreso de Vinicius, Güler y Lunin, que compitieron con sus respectivas selecciones en este otro lado del charco y, en lugar de volver a Madrid y ahorrarse una paliza doble de viaje transoceánicos, decidieron viajar directos a Miami, Alonso ya tiene a todos sus jugadores (excepto a Endrick y Mendy, que se han quedado en Madrid recuperándose de lesiones que no le dan ninguna opción de jugar el torneo).

«Empezamos una nueva etapa y tenemos que priorizar lo importante: qué queremos ser, cómo queremos jugar y que lo sintamos. Eso queremos hacerlo desde el primer momento, desde el partido con el Al-Hilal. El primer objetivo es reconocernos a nosotros mismos», explica Xabi Alonso, que quiso mandar un mensaje optimista en la televisión del club nada más aterrizar en Miami: «Se tiene que acelerar todo porque tenemos muy poco tiempo para conocernos y para entrenar. Llegamos aquí y ya están con nosotros Lunin, Vini y Arda. Empezaremos a hacer equipo en estos tres entrenamientos. Venimos con muchas ganas, con la ilusión de hacer un buen torneo y de poder llegar hasta el final».

Esa ilusión es la que también tienen los jugadores, los disponibles, claro, y los lesionados, que ya apuran sus plazos de recuperación. El caso más claro es el de Camavinga, que ya fue uno más en el primer entrenamiento en Miami, en el que se vio a un Xabi Alonso muy activo y a su mano derecha en el apartado físico, Ismael Camemforte, llevando el peso de la sesión. Pintus ya ha desaparecido de ese trabajo diario de campo.

También participaron en el entrenamiento Carvajal, Militao, Rüdiger y Alaba, aunque está por ver si tendrán minutos en el torneo. El lateral y el brasileño van con paso seguro, pero sin prisa. Sus graves lesiones de rodilla exigen prudencia. En el caso del defensa germano, operado del menisco hace mes y medio, puede que esté disponible para el segundo partido, el domingo en Charlotte (21.00 horas) ante el Pachuca. Y en cuanto a Alaba, que no deja de encadenar graves lesiones de rodilla y que se recupera del menisco roto de la pierna izquierda, el club estaría encantado en que se buscara una salida para ahorrarse su alta ficha, pero esa no es la idea del austríaco, que desea cumplir el año que le resta de contrato.

Quien no está en Palm Beach aún es Florentino Pérez, al que se le espera el martes, si es que su agenda no sufre alguna modificación. El presidente del Real Madrid llegará para ver el primer partido y la idea es que acompañe a la expedición el resto del torneo. El dirigente blanco está expectante por esta nueva etapa y por un torneo que está marcado en rojo en el club. Igual que sucediera con la Copa de Europa, el Madrid quiere poner su nombre como primer ganador de este super-Mundial de Clubes, pero para eso antes hay que ganar siete encuentros. Paso a paso.