Alisa Ozhogina: «Miro cada día la medalla de bronce para no olvidarme de lo conseguido ni de quién soy»

Bronce en los Juegos Olímpicos de París, el equipo español de natación artística se pone de nuevo en marcha este fin de semana. Y lo hace volviendo precisamente a la capital del país galo, en esta ocasión para disputar una prueba de la Copa del Mundo 2025 (del 28 de febrero al 2 de marzo). Reinicia así el camino con nueva seleccionadora (Andrea Fuentes suplió a Mayuko Fujiki) y con hasta tres sevillanas en sus filas: Alisa Ozhogina, Marina García Polo y Aurora Lázaro, las dos primeras del Sincro Sevilla y la tercera, del Círculo Mercantil.

La más 'veterana' del trío de sirenas hispalenses es Alisa, la precursora gracias a su presencia ya en dos citas olímpicas, entre otros hitos de su aquilatada hoja de servicios en la pileta con España. Confiesa que la medalla lograda en sus segundos Juegos la tiene siempre a mano, muy cerquita. «Está en mi habitación del CAR de Barcelona. Y siempre está conmigo, acompañándome. La miro cada día, cuando salgo al entrenamiento y cuando vuelvo, para motivarme. Para no olvidarme de lo que conseguido ni de quién soy», expone Ozhogina.

Ahora, con Fuentes en la dirección técnica, se inicia una nueva etapa para un equipo español que en el anterior ciclo alcanzó la gloria de un oro mundialista y se posicionó entre las referencias de la sincronizada. «Tenemos muchas ganas de estrenarnos en competición. Quizá partimos de cero de forma, pero tenemos una experiencia. Iniciamos un nuevo camino, un nuevo ciclo olímpico, aunque para Los Ángeles 2028 queda muchísimo. A los deportistas nos encanta vivir en el presente. De momento, con la mente puesta en los pequeños campeonatos. Y ya llegarán los Juegos, porque primero hay que llegar hasta allí. No hemos hablado nada del ciclo olímpico ni de los Juegos porque en cuatro años pueden cambiar tantas cosas que nada es seguro y vamos poco a poco, disfrutando cada día», reflexiona Ozhogina, de cuyas valoraciones emana ya el poso de la experiencia.

Vuelven las españolas a París, pero a otra piscina diferente, en concreto a la Georges Vallerey, «con muchas ganas y mucha ilusión, muy contentas y con la mente puesta en los retos que se presentan». Que son numerosos aunque, como siempre, hay un objetivo principal fijado para el verano. «Tenemos nuestra mente ocupada en el Mundial de Singapur, lo tenemos bastante presente, pero antes nos quedan varias World Series y Andrea ha dicho que cuanto más compitamos, mejor. Habrá que ir antes a Francia, Egipto, Canadá y China. Y hay un Europeo en Berlín. Por tanto, hay muchísimas competiciones y tenemos muchas ganas e ilusión. Iremos paso a paso, competición a competición, día a día y entrenamiento a entrenamiento», reitera la sevillana nacida en Moscú, poniendo el foco en lo inmediato.

Siempre hay margen de mejora y el perfeccionamiento en tan esforzada disciplina como la sincro aunque la evolución del equipo en estos años bajo la batuta de Fujiki haya sido realmente superlativa. Un salto de calidad que ha redireccionado a España de nuevo hacia la élite, donde quiere quedarse. Para ello, hay que adaptarse también a las novedades del reglamento, «algunos arreglillos, cosas nuevas en diferentes tipos de puntuaciones», concreta al respecto Ozhogina, optimista con lo que viene: «Por el momento nos hemos dado cuenta de que las coreografías van muchísimo mejor, porque le podemos meter más cosas artísticas a los movimientos. Estamos muy contentas y a ver qué tal va todo en este primer campeonato».

De la nueva seleccionadora tiene la mejor consideración. «Es una persona de la que se puede aprender muchísimo y muy motivadora. Nos da mucha confianza. Sientes que puedes hablar con ella de cualquier cosa. Nos reímos mucho en los entrenamientos y nos entiende muy bien, porque se nota que recientemente ha sido nadadora y que nos puede ayudar como muchísimos trucos y cosas que ella también ha aprendido durante su carrera deportiva», explica Ozhogina, que desconoce si se mantendrá en el dúo con Iris Tió. «Se verá en esta primera convocatoria -dice-. Una cosa que destaca de Andrea es que nada es seguro. Es decir, vamos a ir variando y va a haber muchos cambios. A lo mejor en cada competición se presenta un dúo diferente. No hay nada fijo y se va a ir cambiando a la gente, porque ahora somos muchas, quince actualmente, y quiere que todas prueben un poco de todo», pormenoriza la sevillana, metida de lleno en su habitual e intensa rutina que combina el deporte de alto nivel con los estudios: «Hemos estado de exámenes y siempre estamos estudiando en nuestro tiempo libre. Andrea también nos da mucho tiempo para estudiar, nos ayuda a gestionar los exámenes y a organizarnos para poder combinar ambas cosas de la mejor manera posible».