Alexander-Arnold, el rol de Lucas y una verdad: la política de parches fracasa en el Real Madrid
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El primer fichaje del Real Madrid de cara a la próxima temporada está al caer. El anuncio de Trent Alexander-Arnold en el que confirmaba que dejará el Liverpool a final del presente curso no es más que abrir la puerta de par en par al conjunto blanco, que no puede —o quiere— anunciar la llegada del lateral inglés al estar todavía peleando por la Liga. La llegada de un dos al Santiago Bernabéu era algo más que necesario en los últimos tiempos... donde ha quedado un claro señalado.
Sin duda, uno de los futbolistas con los que ha sido más crítica la afición en los últimos meses ha sido Lucas Vázquez. El gallego ha quedado muy expuesto este año tras la lesión de larga duración de Dani Carvajal, que le ha obligado a jugar de lateral derecho de manera continua y, sobre todo, desdibujado por el resto de bajas en la zona defensiva. El capitán blanco se ha ganado más de un concierto de pitos en el Bernabéu que desnudan la realidad: los parches no funcionan.
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Si un equipo quiere ser ganador, necesita contar con una plantilla equilibrada y, a partir de ahí, meter en la coctelera la polivalencia de otras piezas. En un fútbol tan exigente, duro y competitivo como el actual, es necesario desenterrar esa dualidad de titulares y suplentes. Un equipo debe de estar formado por seis o siete piezas indiscutibles y, a partir de ahí, contar con otros diez o doce futbolistas de primer nivel que vayan rotando para repartir cargas, minutos y esfuerzos sobre el césped.
El problema del Madrid esta temporada ha estado en la mala planificación. Se han marchado jugadores capitales para los éxitos pasados como Nacho Fernández, Toni Kroos o Joselu Mato, y solo han llegado dos delanteros, Kylian Mbappé y Endrick. Es cierto que ha añadido una potencia de fuego descomunal al equipo, pero se ha perdido equilibrio y personalidad en lugares básicos del campo. Ahora, el Madrid es más goleador, pero también sufre más en defensa en cursos pasados.
After 20 years at Liverpool Football Club, now is the time for me to confirm that I will be leaving at the end of the season.This is easily the hardest decision I’ve ever made in my life.
I know many of you have wondered why or been frustrated that I haven’t spoken about this… pic.twitter.com/emAw5RvXq0
— Trent Alexander-Arnold (@TrentAA) May 5, 2025
A lo largo de la temporada, Lucas Vázquez ha sido un coladero por la banda derecha. Sin concepto defensivo, sin esa punta de velocidad necesaria para girar rápido hacia atrás y desdibujado en una posición que no es la suya, el Madrid ha hecho agua por un costado que se ha convertido en una importante brecha en el casco. Y la afición no ha dudado en abroncarle, criticarle y castigarle, pero el problema no es del jugador, como de quién lo pone y del que confía en que puede ser lateral.
Si a eso le sumamos que las ayudas debían de venir de un Rüdiger lesionado, de un Asencio recién llegado al primer equipo o de un Tchoauméni que no es central, la tormenta ha sido perfecta. Lucas es la confirmación de que la política de parches no funciona: de manera puntual, se puede solventar la papeleta, pero si toda la temporada la juegas con futbolistas fuera de posición, el problema es mayúsculo. Tanto como la posibilidad real de acabar la temporada sin un gran título.
⏱️ Tic, tac... 'CAFUCAS'.
⚡🌟 @Lucasvazquez91 ha marcado los dos últimos goles más rápidos del @realmadrid en #LALIGAEASPORTS.#LALIGAHighlights pic.twitter.com/Ffnj2hg7rO
— LALIGA (@LaLiga) September 27, 2024
Una mala planificación de plantilla, en condiciones normales, puede ser solventada por la pericia del entrenador, el sobreesfuerzo de los jugadores y la fortuna. El problema para el Madrid es que ya venía de una temporada así de dura, a la que se sumaron la Eurocopa y la Copa América del verano. Los minutos se han acumulado en muchos jugadores que han llegado fundidos al tramo decisivo de temporada. Y el Real Madrid lo ha pagado caro, aunque aún le queda una bola extra.
Futbolistas como Jude Bellingham, Vinícius, Fede Valverde o Rodrygo Goes tienen el depósito en reserva desde hace mucho tiempo. Y el cóctel ha sido mortal, escenificado en Lucas Vázquez. Tantas lesiones de larga duración, problemas físicos y falta de pulmones han provocado que muchos futbolistas desempeñen papeles para los que no están preparados. Desde el gallego, a Tchouaméni, Camavinga, Valverde, Güler o Bellingham, entre muchos otros.
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Si el Madrid logra ganar al Barça a domicilio, habrá Liga pero, en caso de no hacerlo, se despedirá de la temporada en blanco. De ser así, se confirmaría la máxima que muchos temían desde principio de curso: la planificación no ha sido buena y la política de parches ha fracasado estrepitosamente. El Madrid no puede confundir polivalencia con jugar todo un curso con remiendos que, cuando llega la hora de la verdad, hace que se le vean las costuras al equipo.
Ha habido partidos en los que el Madrid ha jugado con hasta cuatro jugadores fuera de posición, coincidiendo tres de ellos en defensa. Y el máximo exponente de esta caótica situación ha sido un Lucas Vázquez que ha quedado expuesto de manera continua. Se da por hecha la renovación del gallego, pero el Madrid debería de tener claro que es extremo y no es lateral. Por eso precisamente llega Alexander-Arnold al equipo. Pero, si el Madrid quiere volver a ser competitivo, necesita más de eso.
Alexander-Arnold es la confirmación de la corrección de tiro blanco: fichar a jugadores en las posiciones que hacen falta y dejar los parches para ocasiones muy especiales. Dos centrales y un mediocentro creador se antojan igual de necesarios que el lateral inglés. Y, a partir de ahí, llega el momento de dibujar la operación salida. Si el Madrid quiere ganar, no puede tener un equipo lleno de remiendos. Determinar el rol de Lucas Vázquez es el primer paso para reconocer el error.
El Confidencial