‘Después de medianoche’, una historia para los que duermen y para los que sueñan despiertos

Después de medianoche es un cómic que intriga y fascina ya desde su bella y aristocrática portada con aires modernistas. Una novela gráfica de elegante factura que gustará a un público amplio gracias a una historia llena de magia y con algunos toques de poesía. Escrita y dibujada por Gaëlle Geniller, Después de medianoche (La Cúpula, con traducción de Marina Borrás Ferrá), atrapa al lector gracias a su eficaz combinación de misterio, fantasía y ternura.

El dibujo tiene evidentes resonancias art déco y su personal estética se refuerza con un inteligente y llamativo uso de los colores. Además, este es un álbum que destaca también por el suntuoso diseño del vestuario de los personajes y por una cuidada recreación del escenario: muebles, molduras de las puertas, habitaciones con grandes ventanales. Incluso la estructura de algunas páginas o los marcos de algunas viñetas se contagian de estas formas tan originales.

Con su anterior novela gráfica, titulada Rosa y publicada también por La Cúpula, Gaëlle Geniller se dio a conocer en nuestro país. Ahí, la autora francesa retrataba la vida nocturna de un cabaret familiar llamado El Jardín, con su atmósfera llena de música y seducción.

Ahora regresa con la historia de Guerlain, un restaurador de cuadros, y de su hijo pequeño, una adorable criatura llamada Nisse. Ambos han ido a vivir a la mansión en donde Guerlain pasó su infancia junto con sus tres hermanas. Lo sorprendente es que ahora no tiene ningún recuerdo de esos años que, sin embargo, resultaron decisivos en su vida. Tal parece que se esté protegiendo de algo.

Melancólico y otoñal Este es un cómic con una estética propia de las películas de dibujos animados actuales

Guerlain sufre de insomnio y sus noches son difíciles de pasar. Cuando el reloj da la medianoche abre los ojos y, sin poder dormir, deambula por la gran casa. El escenario de la mansión se convierte entonces en un personaje más de este cómic. Se oyen algunos ruidos difíciles de interpretar y se ven, fugazmente, algunas figuras que son como sombras. Las sorpresas no acaban aquí: veremos tres cornejas que no quieren salir al jardín y prefieren revolotear en la casa, unas flores capaces de transmitir mensajes y en la galería de cuadros los ojos de los retratos brillan en plena noche.

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La autora sabe conducir con buena mano un relato de intriga con un punto sobrenatural. Sin embargo, Geniller no cruza jamás la línea de lo sombrío y lo que en otras manos podría decantarse por el lado oscuro de la historia, aquí se mantiene en un interesante equilibrio (más fascinante que inquietante, jamás sombrío). Porque este es un cómic luminoso pese a su trasfondo sobrenatural. Luminoso sin duda por sus colores cálidos y su dibujo amable. Un cómic que cuenta una bonita historia sobre un joven padre que intenta proteger a su hijo de unos hechos con difícil explicación. Una protección como la que, años atrás, le habían dispensado sus hermanas cuando él solo era un niño.

Un relato melancólico y de tonos otoñales. Muy agradable de leer y capaz de interesar, no solo al lector adulto sino a jóvenes y adolescentes que conectarán sin duda con un cómic con estética propia de una película de dibujos animados actual. No es raro que así sea pues su autora cursó estudios superiores de animación y ha estado trabajando en la realización de fondos y decorados. Después de medianoche utiliza ese bagaje y lo traslada, con talento, al mundo de las viñetas.