Sara Lozano: Voto Nulo II
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Anular el voto es participar enviando un mensaje de rechazo a todas las opciones en la boleta. Podrían darse la situación que se trate de errores, pero existen casos en los que la sociedad civil organizada decide masiva y uniformemente rechazar las opciones o el proceso mismo de la elección usando la boleta para anular su voto.
En México, se cuenta el voto nulo, pero no hay una consecuencia legal ni para los partidos, ni para las candidaturas, ni para el resto de las instituciones electorales.
Aun siendo el caso de un resultado en donde gane el voto nulo, esto no afecta la designación de candidaturas. El INE sumará esta cantidad a la participación global para después restarla y obtener la votación válida emitida. Esta última sirve de base para calcular el número de legislaturas plurinominales, el financiamiento público a los partidos políticos y el requisito mínimo para mantener el registro de un partido político.
Y no es exclusiva de México. En los últimos 10 años ha habido casos de movilizaciones por el voto nulo y/o blanco: Francia, Colombia, Brasil, España, por ejemplo.
Hay una tendencia en las legislaciones electorales a desconocer el valor del voto que un ciudadano anula bajo la idea del error. Sin embargo, cuando la cantidad aumenta e incluso gana, se encienden las alertas, es una señal clara de rechazo por la falta de representatividad. La ciudadanía no se siente representada por las opciones en las boletas y lo hace saber al participar sin elegir a alguien.
Esto tiene efectos en la (i)legitimidad del proceso. ¿Qué sucede después? Las élites del poder toman cartas, hay reajustes porque si algo quieren es mantener el poder y por ende, evitar la ingobernabilidad.
En la literatura sobre las democracias del siglo XXI se replantea el significado y el (no) valor que tiene un voto anulado intencionalmente. Y tiene mucho sentido –si no es que todo– porque la gente tiene el derecho y la obligación de elegir a sus representantes, ¿qué pasa si la oferta política es mala? O bien, ¿qué pasa si el proceso es una evidente simulación?
Como derecho y como obligación, la ciudadanía se expresa a través de su boleta y rechazar todas las opciones también es una decisión válida. Y en cualquier proceso podría esperarse un porcentaje de rechazos –o errores– bajo, pero qué pasaría si un alto porcentaje anula sus boletas con el mismo mensaje.
Y si en la próxima elección del Poder Judicial ganara el voto nulo, y si el INE se topara con millones de boletas con el mismo mensaje de rechazo, y si en redes circularan las imágenes de votos anulados intencionalmente y de manera uniforme.
Y si a diferencia del abstencionismo en la revocación de mandato, la ciudadanía organizada participa anulando su voto…
Algo haría el sistema para contrarrestar la ilegitimidad de la elección, pero además habría elementos concretos y abundantes para llevar el asunto a la SCJN o las cortes internacionales de Derechos Humanos porque el voto nulo es participación y si gana, cuenta más.
elfinanciero