El juez propone juzgar a un profesor evangélico por agredir sexualmente a tres menores de 16 años
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El juez del juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 2 de Alcorcón propone juzgar a Juan Francisco G. I, de 31 años, por un delito de agresión sexual a menores de 16 años, según el auto al que ha tenido acceso este periódico. “De las diligencias de investigación practicadas en la presente causa resulta presunta e indiciariamente que Juan Francisco G. I., profesor dedicado a la enseñanza de la Palabra de Dios a los niños de la Iglesia Evangélica Fuente de Vida, en Móstoles, comenzó a tener relación amistosa y cercana con algunos de los niños que acudían a la misma con sus familiares, con los que empezó a tener detalles como regalos o conversaciones telefónicas, llegando a quedarse a solas con ellos en diferentes lugares (bien en la propia casa del niño, en su propia casa, o en la Iglesia) y a llegar a tocar sus partes”. Los hechos, denunciados por los padres de los menores, habrían ocurrido entre 2022 y septiembre de 2023. Hay tres presuntas víctimas. A una de ellas, según el auto, “le dio besos y le hizo tocamientos en sus genitales y varias felaciones”; a otra “le realizó tocamientos en sus genitales” y a la tercera “le propinó un beso en la mejilla y en el cuello”. La diferencia de edad entre el investigado y las presuntas víctimas es de entre 13 y 14 años.
Juan Francisco conoció a los menores en la Iglesia evangélica Fuente de Vida de Móstoles en la que daba clases de introducción bíblica a los niños. Según aclaró FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España) a este periódico cuando empezó la investigación, el presunto responsable de los hechos no era “una persona con jerarquía en el organigrama”, tampoco “era personal religioso ni ostentaba cargos de responsabilidad o representación de esta iglesia”, sino que “colaboraba con la catequesis y se aprovechó de la situación para entrar en contacto con los niños”. Además, insistían desde FEREDE, “los hechos no se cometieron en el lugar de culto”. Según una fuente conocedora de los hechos, sin embargo, “no era una colaboración esporádica” ya que el acusado “lideraba uno de los grupos de los jóvenes y tenía que rendir cuenta a los superiores”.
Fue detenido en octubre de 2023 cuando los padres de uno de los menores le denunciaron y se negó a declarar. Está en libertad con una orden de alejamiento y comunicación con los tres menores de los que supuestamente abusó y que prestaron declaración el año pasado. Antes de la denuncia policial hubo una primera interna que se resolvió prohibiendo al acusado acercarse al menor: en ese caso no se abrió una investigación interna como ocurrió tras la denuncia policial.
Según la denuncia que interpusieron las víctimas en octubre de 2023 y a la que ha tenido acceso este periódico, se relatan felaciones, tocamientos, tentativas de penetración y acoso a través de cuentas de Instagram. De ahí que se le interviniera el móvil a Juan Francisco G. I, para rastrear en sus diferentes perfiles, posibles conversaciones con los menores. En una de esas cuentas, según la denuncia, habría escrito a uno de los niños que estaba de visita en España (es extranjero). “¿Eres tú? ¿Tienes novia? ¿Has besado ya? Hazte una foto que estás bien bonito... Tienes 13 años como yo. ¿Tienes fotos sin camiseta? ¿Tienes músculos?”, le escribió a una de las víctimas, según la denuncia. Al día siguiente, volvió a la carga. “Tengo la play5. ¿Con tu novia quedas para besarte? Se te ve en los labios que debes besar rico... Yo solo quiero probar cosas diferentes”. Cuando la presunta víctima le contesta que no le gustan los chicos, el acusado le responde: “Te doy 50 euros si me das un beso”. La madre, siempre según la denuncia, es la que contesta haciéndose pasar por su hijo. “Ni por 50, ni por 100″. Es en ese momento que, desde una cuenta falsa, Juan Francisco envía una foto de espaldas de un varón. Según recoge la denuncia, lo reconocen por “la estatura, el peinado y las orejas”.
Antes de esas conversaciones, Juan Francisco le habría, supuestamente, tocado los bíceps —”qué fuerte estás”— y la hebilla del cinturón. En un viaje en metro de vuelta de una partida de bolos en un centro comercial después de un culto, el acusado también le habría tocado la pierna, el muslo, el pelo y la nuca. La madre del niño relató en la denuncia que acudía habitualmente a la Iglesia Fuente de Vida entre 2017 y 2019 y que se alejó después por motivos laborales. Le extrañó, por tanto, recibir en septiembre de 2023 un mensaje en Facebook de Juan Francisco G. I, ya que no sabía nada de él desde hacía 4 años. “Hola, qué tal, creo que ha venido tu hijo, a ver si me lo presentas. El sábado tengo un culto especial”. En ese culto conoció el acusado a la presunta tercera víctima. A esta madre, le había alertado la de la segunda víctima, siempre según se recoge en la denuncia. Le relató lo que había hecho con otro niño menor de edad: “tocamientos en la zona genital, besos en la boca a la vez que le hacía regalos”. En más de una ocasión las dos madres hablaron, según recoge la denuncia, de “las formas de actuar” de Fran.
Es precisamente en una de esas conversaciones en la que el hijo de la denunciante le espetó: “Mamá, Fran es gay. Me tocaba, me chupó el pene”. Intentó también penetrarlo, según recoge la denuncia. En ella se relata que el pequeño se oponía, pero que el acusado era más fuerte y lo hacía desistir. Se informa de al menos cinco felaciones, varias de ellas en casa del niño ya que el acusado era amigo de la familia. Aprovechaba, según la denuncia, cuando la madre iba a acostar a su hija pequeña, para abusar del menor tapándose con una manta en el salón. Los abusos también se cometieron en casa de Juan Francisco G. I.
La UFAM se personó en la Iglesia cuando se produjo la denuncia, en octubre de 2023, y en ese momento Juan Francisco solicitó el traslado a otra iglesia evangélica de Móstoles. Según aclaró FEREDE en su día a este periódico, el investigado no ha estado ejerciendo como responsable en esa otra iglesia. “Se desplazó allí pero como asistente, no como miembro, porque en ese caso el proceso [para admitirlo] sería más largo. En las Iglesias Evangélica se recibe de entrada sin preguntar nada y más en su caso que, nos dicen, va como asistente”.
La Iglesia Fuente de Vida de Móstoles está en una pequeña calle de no más de 30 números y la entrada se oculta en la parte lateral trasera. Si no es por el cartel con el horario de las funciones colocado en la esquina del edificio, es imposible darse cuenta de que ahí hay un lugar de culto.
EL PAÍS