Brasil: Tensión Ambiental en el Congreso y Foro BRICS sobre IA y Clima

Brasil vive una creciente tensión entre sus compromisos de protección ambiental y las iniciativas legislativas que podrían amenazar la Amazonía, en un momento en que Brasilia es sede del 11º Foro Parlamentario del BRICS, centrado en la inteligencia artificial y la crisis climática.

Un artículo reciente de la periodista Eliane Brum, titulado “El Congreso brasileño amenaza el planeta”, acusa al Legislativo de ser el más “depredador” en la historia reciente del país. Según Brum, se estarían alineando intereses que buscan debilitar las salvaguardas ambientales, lo cual representaría un peligro para la Amazonía y el equilibrio climático global.

A pesar de que Brasil reportó una reducción del 30% en la deforestación en el último año, las alertas sobre un posible retroceso en la legislación ambiental han generado preocupación entre ambientalistas, científicos y comunidades indígenas. La lucha entre el desarrollo económico y la conservación de los recursos naturales se mantiene como uno de los grandes dilemas del país.

En este contexto, Brasil ha sido anfitrión del 11º Foro Parlamentario del BRICS, que reunió en Brasilia a delegaciones parlamentarias de 15 países. Los temas centrales del encuentro fueron la regulación de la Inteligencia Artificial (IA) y la crisis climática, enmarcados en la necesidad de un desarrollo equilibrado y sostenible en el sur global.

Este foro representa una plataforma clave para posicionar a Brasil como actor regional estratégico, capaz de influir en temas globales sin descuidar sus desafíos internos. La articulación entre los compromisos multilaterales y las decisiones del Congreso es vista como crucial para consolidar una política ambiental coherente.

En paralelo, se observan señales positivas en la región. El Congreso de Colombia ha presentado un proyecto de ley para reconocer al río Amazonas y su cuenca como sujetos de derechos. Esta iniciativa —parte de una tendencia más amplia en América Latina de otorgar personería jurídica a los ecosistemas— busca reforzar la protección de la biodiversidad y los derechos de las comunidades que dependen de estos territorios.

Aunque la propuesta proviene de Colombia, pone sobre la mesa la posibilidad de acciones conjuntas y transfronterizas para la defensa de la Amazonía. La creciente preocupación regional refuerza la presión sobre Brasil para mantener altos estándares en su gobernanza ambiental.

“Las fuerzas de la destrucción se alinean en el Legislativo más depredador de la historia de Brasil para asestar un golpe mortal a la naturaleza”, advierte Brum, subrayando el carácter urgente del debate.

El futuro de la Amazonía no es solo un tema nacional, sino un asunto de relevancia planetaria. Las decisiones que tome el Congreso brasileño impactarán directamente en los esfuerzos globales contra el cambio climático y en la protección de uno de los ecosistemas más importantes del mundo.

Brasil se encuentra en una encrucijada crítica: avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible que respete sus compromisos internacionales o ceder ante presiones económicas internas que podrían comprometer su liderazgo ambiental. La interacción entre la política interna y los foros multilaterales será determinante para definir este rumbo.

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