Ahí os quedáis, me voy de la empresa: por qué cada vez más gente deja su trabajo
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Rosa Sánchez ha decidido dimitir de su puesto. Va a dar unos días a la empresa en la que trabaja para que encuentre sustituto, pero ya no hay vuelta atrás. Está harta de su jefa, de sus requerimientos constantes y de una sobrecarga de tareas que dificulta tener tiempo libre sin reforzar el equipo. Y no aguanta más. Como ella, cada día más profesionales abandonan su empleo sin mirar atrás. Tiran la toalla porque, por más veces que lo intenten, las circunstancias laborales a que se ven sometidos no cambian a mejor.
En 2024, más de tres millones de personas (3.180.679) causaron baja voluntaria en sus empresas, un 4,4% por encima del año anterior y un 49% más si se atiende a los datos de la Tesorería de la Seguridad Social de 2021. Pero los autores del estudio La gran dimisión: algunos datos y primeras conclusiones en relación con el mercado de trabajo español van aún más lejos: la renuncia experimenta un crecimiento constante desde 2013, más que duplicándose desde entonces. Según los tres profesores de las universidades de Sevilla y Huelva, crece por encima del aumento del número de afiliados. De tal forma que, si antes la dimisión era una figura menor en el mercado laboral español, dominado por los despidos, desde la pandemia (y la denominada Gran Renuncia en Estados Unidos) se erige como una salida a la orden del día. Mientras menor sea la tasa de desempleo, mayor será el volumen de bajas por dimisiones, aseguran los docentes Francisco Javier Calvo, Dolores Gómez y Celia Sánchez en su análisis.
Y es que en España cuatro de cada 10 trabajadores se sienten insatisfechos con su trabajo. El 54% está disconforme con su salario (frente al 46% de 2024) y más de la mitad de ellos cree que en su compañía no existen posibilidades de ascenso, según la Guía del mercado laboral Hays 2025. Por eso no es de extrañar que casi siete de cada 10 de los trabajadores encuestados por la empresa confirme su predisposición a buscar activamente un nuevo empleo este año; la mayoría lo está haciendo ya, señala el director general de la firma para el sur de Europa, Christopher Dottie, que calcula que en torno a la mitad lo conseguirán durante este año.
Tampoco sorprende que cerca de la mitad de las empresas sondeadas, el 46%, admitan verse inmersas en un proceso de fuga de talento. “Una cantidad altísima”, según Dottie. Miguel Pardo, presidente de Vistage Portugal, asegura que en el congreso anual de la organización, la mayor asociación de directivos del mundo, celebrado recientemente en Oregón, la primera preocupación de los consejeros delegados globales es la retención y atracción del talento, por delante de la estabilidad económica, las ventas o la inteligencia artificial. La inquietud está ahí. Sin embargo, en opinión de Dottie, son muy pocas las compañías que están actuando para frenar las dimisiones, al menos en España. “La mayoría se limita a lanzar una contraoferta para ver si logran que los empleados se queden dos años más. Salvo excepciones, la subida salarial que ponen sobre la mesa no pasa de 5.000 euros anuales o el 10% del sueldo como mucho”.
El fenómeno de las dimisiones se produce por muchos motivos. Por supuesto, subyace ese malestar con el puesto de trabajo y un salario poco ajustado a las tareas, además de los desencuentros con los jefes o los equipos, pero crecen con fuerza los abandonos propiciados por la desorganización interna (sobre todo en el sector retail), aprecia Dottie. Aunque no son los únicos elementos: “Afectan factores más profundos que muestran un cambio más estructural de nuestro mercado de trabajo; cambios ligados a una alteración en la anterior centralidad vital del empleo y que enlazan con críticas a la autoexplotación (…); a una progresiva revaloración de las necesidades familiares y personales, incluso de ocio, frente a las exigencias del trabajo”, resalta el citado informe.
Fijos discontinuosEn él también se destaca que la figura del fijo discontinuo, impulsada con la reforma laboral de 2021, ha contribuido al gran aumento de las bajas voluntarias experimentado desde entonces. Hasta diciembre de ese año, las dimisiones se concentraban en los contratos temporales (las dos terceras partes del total), con menor calidad en el empleo, menor antigüedad y menor duración de la relación laboral, pero a partir del cambio normativo las renuncias pasan a ser “drásticamente” de trabajadores con contratos indefinidos (el 70% del total), lo que cuadra con la incorporación masiva de fijos discontinuos al mercado, “una relación indefinida, pero de peor calidad”. Una opinión que comparte Mónica Pérez Callejo, responsable de Estudios de InfoJobs: “Aumenta el abandono porque se están trasladando a los fijos discontinuos las condiciones que antes tenían los temporales”, afirma.
Las generaciones Z y milenial son más proclives a dejar el empleo por no alinearse con sus valores y por problemas de equidad. Sin embargo, en opinión de Alberto Gavilán, director de talento del grupo Adecco, ya no son las únicas que causan bajas voluntarias. “A pesar de que quienes tienen más antigüedad en el puesto son más reacios a cambiar de empresa, en los últimos meses vemos que también están dimitiendo. Las nuevas generaciones han hecho de efecto arrastre para los profesionales de edades superiores”. Sobre todo en sectores próximos al pleno empleo, como la tecnología, la energía, la salud o los cuidados, agrega. “Con un mercado laboral dinámico, los trabajadores indefinidos de cualquier edad tienen más seguridad de que van a encontrar un nuevo trabajo”, explica Gavilán.
InfoJobs confirma ese dinamismo que está impulsando la movilidad. En 2024, dice Pérez Callejo, tanto el número de candidatos como el de inscripciones a las ofertas de empleo ha aumentado entre un 3% y un 4%. “La gente está mucho más activa en la búsqueda de empleo, si bien no apreciamos una mayor publicación de vacantes”, concluye.
¿Cómo paliar la fuga de talento que sufren el 46% de las empresas españolas? La teoría es sencilla y la aporta Alberto Gavilán, director de talento de grupo Adecco: las compañías deben ofrecer una propuesta de valor que merezca la pena al empleado. Y esta debe contener los siguientes ingredientes: condiciones salariales competitivas, medidas de conciliación y flexibilidad "sí o sí, recalca; formación, pues los trabajadores cada vez están más preocupados por seguir siendo empleables y, por último, pero no menos importante: tener un buen jefe. Según Gavilán, la mayoría de las organizaciones ofrecen a sus plantillas algunos elementos de esta propuesta de valor, pero son muy raras las que ponen a su disposición el 100%.
Para el director general de Hays para el sur de Europa, Christopher Dottie, lo primero que han de hacer las empresas es escuchar a sus empleados, que no se sienten valorados. Y después arbitrar un plan de carrera genuino de manera que tengan claro su ritmo de avance en la organización. Un consejo más: "Las organizaciones suelen subestimar el buen ambiente de trabajo, al que los trabajadores dan mucha importancia. Deben promoverlo", señala.
EL PAÍS