“Es una burla”: agricultores rechazan el precio del maíz de Sheinbaum

La tensión entre el campo mexicano y el Gobierno federal alcanzó un nuevo punto crítico luego del anuncio oficial del precio de 6,050 pesos por tonelada de maíz blanco, cifra que los agricultores calificaron como “una burla y un insulto al campo mexicano”.
El Movimiento Agrícola Campesino (MAC), junto con la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), rechazó de manera contundente el llamado “acuerdo” del Gobierno de Claudia Sheinbaum, y advirtió que las protestas continuarán hasta lograr un precio mínimo de 7,200 pesos por tonelada de maíz y 6,000 pesos por tonelada de sorgo.
“¡Es una burla! ¡El Gobierno insulta al campo mexicano!”, expresaron los productores en un pronunciamiento público que rápidamente se viralizó en redes sociales bajo el lema “Sin maíz no hay país”.
El MAC aseguró que “no existe acuerdo alguno” con el Gobierno y que la lucha agrícola apenas comienza. Denunció que las mesas de diálogo fueron “falsas” y que las supuestas negociaciones “solo buscan desgastar al movimiento campesino”.
“Lo que ofrecen no es un precio, es una condena de hambre”, subrayaron los líderes del movimiento.
El tono de los comunicados revela un profundo desencanto con la nueva administración, a la que acusan de continuar las políticas de indiferencia hacia el sector rural.
Las protestas se extendieron como un eco nacional. Desde Sinaloa hasta Chiapas, agricultores bloquearon carreteras y accesos estratégicos para exigir precios justos.
En estados como Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Sonora y Zacatecas, las movilizaciones paralizaron tramos federales, afectando temporalmente la circulación de mercancías.
Los organizadores insistieron en que las protestas se realizan de forma pacífica, pero con una determinación “inquebrantable”. “Si no hay precios justos, la rebelión agrícola paralizará este país por completo”, advirtieron los manifestantes.
El conflicto trasciende lo económico. El maíz, base de la alimentación mexicana, representa una lucha histórica por la soberanía alimentaria y la dignidad campesina.
Cada tonelada mal pagada, dicen los agricultores, erosiona no solo su sustento, sino también la raíz cultural del país. “Sin maíz no hay país”, repiten como consigna que une generaciones.
De fondo, el debate refleja el choque entre las promesas de justicia social y la realidad del mercado agrícola, que mantiene a miles de productores al borde de la quiebra.
Por su parte, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) defendió el acuerdo, afirmando que busca garantizar estabilidad en los precios y competitividad regional.
Sin embargo, el mensaje no logró calmar los ánimos. Los líderes agrícolas sostienen que el campo está cansado de promesas vacías y que el Gobierno no puede hablar de justicia social mientras mantiene precios de miseria.
La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta así su primer gran desafío con el sector rural, un frente que podría definir su relación con los estados agrícolas y su imagen de cercanía con el pueblo.
El Movimiento Agrícola Campesino cerró su comunicado con un mensaje que resonó en todo el país:
“No daremos ni un paso atrás. O hay precios justos, o habrá rebelión agrícola.”El futuro inmediato dependerá de si el Gobierno decide reabrir el diálogo con el sector o arriesgarse a una escalada nacional de protestas.Lo cierto es que el campo mexicano ha vuelto a levantar la voz, recordando que sin justicia para el maíz, no hay futuro para México.
La Verdad Yucatán




