Acoso sexual: Gérard Depardieu condenado – escéptico ante el #MeToo
El Festival de Cannes debe imaginarse como un universo paralelo. Las películas tienen mucha más importancia en el Olimpo cinematográfico del sur de Francia que en el resto del mundo. Pero justo en la inauguración, una noticia golpeó con fuerza la Costa Azul: nadie menos que Gérard Depardieu fue declarado culpable de agresión sexual.
Un tribunal de París considera probado que la estrella francesa tocó los pechos y las nalgas de dos mujeres durante un rodaje en 2021. Con el veredicto de culpabilidad, un actor que fue venerado como un dios en Francia, especialmente en Cannes, durante la mayor parte de su singular carrera ha caído del monumento.
La pena de prisión de 18 meses queda suspendida. Depardieu salió airoso. Una pena de hasta cinco años de cárcel habría sido posible. Lo que importa casi más es que su nombre se incluirá en una base de datos de delincuentes sexuales en el futuro. En esencia, esto hace oficial lo que numerosas mujeres sólo poco a poco se han atrevido a decir contra él: Depardieu las atacó sexualmente, verbal o físicamente.
El movimiento #MeToo, que lo ha pasado aún peor en Francia que en otros lugares, celebra el veredicto con alivio. Y, sin embargo, está claro que ese día sólo se hizo visible la infame punta del iceberg. Una comisión de investigación parlamentaria concluyó recientemente que la violencia sexual era inherente a la industria cinematográfica francesa (y no sólo a ella). Las relaciones de poder entre directores y actrices no fueron cuestionadas durante mucho tiempo. Las mujeres fueron a menudo victimizadas bajo el disfraz del arte. Las escenas de desnudos solían incluirse en el programa de rodaje sin ninguna necesidad dramática.
Mucho ha cambiado desde la caída del productor estadounidense Harvey Weinstein en 2017. Por ejemplo, los coordinadores de intimidad ahora son un estándar en el set para garantizar que las escenas de sexo se realicen de manera respetuosa. Hay personal psicológico disponible. El gran silencio ha terminado.
Lo que no ha cambiado lo suficiente hasta ahora es aparentemente la manera de pensar. Y a pesar de las protestas mundiales de #MeToo, los retrocesos son tal vez mayores que los avances: en Estados Unidos, está en el poder un presidente que una vez se jactó de poder agarrar las entrepiernas de las mujeres con impunidad. En muchos lugares se corre el riesgo de abolir nuevamente la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Depardieu intentó recientemente defenderse diciendo que no es "ni un violador ni un depredador. Sólo soy un hombre". Desde la perspectiva de sus presuntas víctimas, ése era precisamente el problema.
El abogado de Depardieu ha anunciado que apelará el veredicto. Mientras tanto, su cliente enfrenta otro juicio por la sospecha mucho más grave de violación de una joven actriz.
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